Cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua, fecha instituida por las Naciones Unidas para resaltar la importancia que tiene para los seres humanos y el ecosistema este imprescindible líquido cuya existencia es finita e insustituible.
Además es una buena fecha para recordar que aún sabiendo que sin agua no hay vida, alrededor de 2.200 millones de personas de todo el mundo viven sin acceso a agua potable, es decir 1 de cada 3 personas, una cifra preocupante que refleja la desigualdad.
Según las Naciones Unidas, para el 2040 se proyecta que la demanda mundial de energía aumente en más del 25% y que la de agua se incremente más del 50% lo que hace que los gobiernos y las instituciones a cargo de suministrar este vital recurso reconozcan la necesidad de mejorar la gestión de los recursos hídricos incorporando este tema como prioritario en la toma de decisiones.
Es una realidad innegable que todas las actividades sociales y económicas dependen en gran medida del abastecimiento de agua dulce y de calidad, por eso, hoy más que nunca esta celebración tiene por objetivo generar conciencia sobre la crisis mundial del agua y la necesidad de buscar medidas para abordarla.
A su vez, la pandemia del coronavirus puso en relieve la que los recursos hídricos son esenciales para vivir en espacios limpios e higiénicos y así evitar la propagación de los contagios.
Por eso, esta efemérides sirve para pensar que el valor del agua es mucho más que su precio: el agua tiene un valor enorme y complejo para nuestros hogares, la cultura, la salud, la educación, la economía y la integridad de nuestro entorno natural.
Para saber cuál es el porcentaje de agua potable, la calidad de la misma, la población que tiene acceso a servicios de saneamiento o la proporción de aguas residuales que son tratadas de forma segura en el mundo, las Naciones Unidas crearon este mapa donde explican detalladamente la situación hidríca de los países del globo.