Más de 80 personas, incluidos 30 niños y 20 mujeres, murieron en el ataque con armas químicas atribuido por la comunidad internacional al régimen de Bashar al Assad, y la cifra podría aumentar.
Los proyectiles cayeron en las orillas de Harah Norte, un distrito donde radica gran parte del clan Alyousef. Los miembros del clan y sus vecinos huyeron, pasando de casa en casa para intentar encontrar a parientes.
Los mellizos Aya y Ahmed, de tan sólo 9 meses, hijos de Abdel Hamid Alyousef, fueron víctimas de este abominable ataque sobre Idlib Abdel. Este hombre además tuvo que llorar la muerte de su esposa y de otros 19 familiares que perdieron la vida en el bombardeo sobre el poblado sirio.
La imagen donde puede ser verse a ese padre tan compungido con sus bebés en brazos, recorrió rápidamente el mundo y se convirtió en la cara del horror de la guerra en Siria que parece no terminar.