"Dejen de perseguirnos, hacemos arte, y eso no es ilegal"
En el marco del proyecto de ley que busca limitar a los artistas callejeros, Gabriel Del Rio denunció hechos de represión y reveló qué representa este estilo de vida
El jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, impulsó un proyecto de ley que busca modificar el Código Contravencional para darle libertad a la acción policial frente a los artistas callejeros.
La explicación oficial es que se realizan “ruidos molestos provenientes de la vía pública", por lo que al presenciar un show en la calle, “el caso podrá ser denunciado por cualquier persona".
Sin embargo, detrás de cada presentación que se quiere reprimir se encuentra un artista, y detrás de cada artista se encuentra una persona apasionada por transmitir un mensaje, sensaciones y emociones al público.
Para entender cómo se vive esta situación impulsada por el Gobierno, en Filo News dialogamos con un malabarista y bailarín que demostró no sólo qué representa este estilo de vida, sino que también denunció violentos hechos de represión que tuvo que vivir.
Pasión por el arte
Con 28 años, practica danza, faldeo gitano y hace malabarares con juguetes de riesgo, machetes y fuego. Gabriel Del Rio estudió durante años en la Universidad Nacional del Arte para poder presentar todo su talento.
Sin embargo, conseguir trabajo en el mundo artístico es una labor muy compleja, yDel Rio lo sabe bien: "Cuesta mucho trabajo poder conseguir un trabajo fijo en una obra sin que te exploten (...) el arte callejero es un ingreso que te ayuda a sobrevivir".
Lidió con una familia que, a pesar de que apoya su filosofía de vida, aún no sale del clásico encasillamiento social: "No podés vivir de esto, tenés que tener un trabajo fijo, el título", le dijeron en varias ocasiones.
"El arte callejero es liberación, es romper con un sistema esclavizador que existe en el mundo", opinó Gabriel del Rio
A su vez, también vivió experiencias problemáticas ligadas a la discriminación: "No solo por artista callejero sino también por mi sexualidad y mi aparencia. Es como una doble discriminación que he sufrido en las calles".
Sin embargo, ahora debe enfrentar a un enemigo mucho más grande: el Estado. Por eso, se adhirió a una de las marchas que se realizaron en las últimas semanas para pedir que Rodríguez Larreta pueda replantearse el pedido.
Consistentemente, "es mi trabajo y necesito usarlo para vivir, no pueden prohibirme trabajar", explicó el malabarista. Justamente, aseguró: "Para mi el arte callejero es liberación, es romper con un sistema esclavizador que existe en el mundo".
Represión y lucha
"Lo que pretende Larreta es oficializar lo que ya viene sucediendo, darle un marco legal a la represión a los artistas callejeros, que sucedió siempre por parte de la policía o gendarmería, incluso por vecinos", denunció Del Rio.
El hombre vivió el dolor y el juicio del Estado en primera persona. El día viernes 23 de Marzo de 2018, en vísperas de la conmemoración a los desaparecidos en Dictadura, denunció en su cuenta de Facebook: "Al terminar mi primer número de la noche, me rodearon 3 Preventores de la Municipalidad y comenzaron a increparme violentamente sobre mi actividad".
"Por suerte para mí, no estaba solo. Inmediatamente todo el pueblo que estaba alrededor notaron la irregularidad del accionar, y comenzaron a intentar hacerles entender que mi número no es ilegal y es pedido por muches del mismo espacio", continuó.
El posteo se volvió viral en su cuenta de Facebook, en donde los usuarios manifestaron su descontento y repudio ante el accionar de las fuerzas policiales.
Unión por la causa
¿Por qué elijen marchar a favor del arte callejero? "Es importante defender porque somos una herramienta de pensamiento porque durante lo que dure el ruedo, o un semáforo. Hacemos cuestionar al transeúnte sobre este sistema que se esta dando; simplemente el vernos inicia una cadena de preguntas en la cabeza de que puede cambiar el mundo", opinó Del Rio.
Por ese motivo, el artista cree que "hay que ponerle mucha fuerza a esto y no dejarse atropellar". Del Rio representa tan sólo uno de los casos que llevan adelante esta lucha, y no se va a callar: como todo artista callejero, domina la calle -su escenario- como nadie.