La defensa de Julieta Silva, la joven acusada de haber atropellado y matado a su novio, el rugbier Genaro Fortunato, solicitó la "absolución" de su clienta, en la nueva jornada de alegatos en el juicio llevado a cabo por la muerte del joven ocurrida en la ciudad mendocina de San Rafael en septiembre de 2016.
Alejandro Cazabán, abogado defensor de la única imputada inició su alegato afirmando que fue "una falta de respeto" que el Ministerio Público Fiscal haya pedido sumar el agravante del vínculo cuando "ya habían declarado todos los testigos" y consideró que "habría que repetir todo el proceso".
"Se criticó mucho a Silva como conductora y como mujer, en su vida personal. El dolo debe ser probado, con certeza absoluta. Lo único que he escuchado son pareceres, en los testigos y en los alegatos", alegó el abogado.
Sobre la relación entre Silva y Fortunato, el abogado defensor de la imputada aseguró que "no hay vínculo, no se dan los requisitos".
"¿Por qué se acepta este vínculo y se descarta el que mantenía Julieta con su esposo Pablo Tabanera o el que tenía Genaro con Agostina Quiroga, que estaba embarazada de su hijo? La propia familia de Genaro desconocía la relación. Su hermano Fausto reconoció que si hubiera sido algo serio se lo hubiera contado", agregó el letrado.
El abogado remarcó que "el video muestra que del boliche salieron bien, a los besos".
"Se golpea con la barra y Julieta lo asiste, ve que viene Maure y le dice que se vayan. Genaro mira dos veces hacia el interior de La Mona, enojado y queriendo volver a pelearse", completó el abogado.
Sobre la mecánica del hecho, Cazabán señaló que Silva conducía "a 27 km/h y no a alta velocidad, de acuerdo a las pericias mecánicas".
"La última vez que Julieta lo vio fue cuando estaba parado golpeándole el vidrio dos o tres veces. Se va por Las Vírgenes y toma la decisión de volver porque quería que no se peleara y porque recordó que tenía su celular en la cartera", indicó el abogado defensor de Silva.
Durante la jornada de ayer, el fiscal Fernando Guzzo solicitó la pena de 14 años de prisión efectiva para Julieta Silva por la muerte "claramente dolosa" de Fortunato, mientras que la querella reclamó una condena de 20 años de cárcel para la acusada.
Guzzo consideró el atenuante del estado de emoción violenta, y le solicitó al Tribunal que, al momento de dictar la sentencia, la acusada "deje de manera inmediata los alcances de la prisión preventiva en la modalidad domiciliaria y ordene la internación en un establecimiento carcelario".