El conflicto en el sur del país se hizo evidente en la madrugada del sábado 22 de abril, cuando manifestantes que reclamaban sueldos adeudados quisieron ingresar a la residencia donde se encontraba Alicia Kirchner.
En la mañana, la gobernadora de Santa Cruz dio su visión de lo ocurrido y aseguró que los incidentes son parte de "un ataque planificado".
Las duras declaraciones de Kirchner fueron directamente para la oposición política al tildar a ciertos sectores de "querer su cabeza para la campaña electoral nacional".
La mandataria aseguró en Radio 10 que en la casa se encontraban solas cinco mujeres, entre quienes estaban la expresidenta Cristina Kirchner junto al bebe de 18 meses de su hija Florencia.