El atentado a la AMIA cumple su vigésimo cuarto aniversario, cuando a las 9.53 del 18 de julio de 1994 un coche bomba estalló contra la mutual judía y provocó la muerte de 85 personas, más 300 heridos.

Es que el golpe al edificio de Pasteur 633 fue el primer golpe terrorista internacional al territorio argentino, ya que la Embajada de Israel es considerado territorio israelí.         

En ese contexto, los familiares luchan para que los principales responsables no consigan la impunidad, y en ese contexto el juicio por encubrimiento que comenzó hace más de una década está por llegar a su fin impulsado por Memoria Activa, querellante en la causa.    

En comunicación Filo.News explicaron que “quienes tenían la responsabilidad y el deber de investigar y traernos verdad y justicia y no sólo que no lo hicieron sino que, muy por el contrario, desviaron la investigación que apuntaba a un allegado a Carlos Menem”.  

Los familiares denuncian que hubo una decisión política de no esclarecer el atentado y por ello se utilizaron 400.000 dólares provenientes de la SIDE para pagarle a Carlos Telledín, imputado en la causa, y que este inculpe a policías bonaerenses y así desviar la investigación.

“Por ello el ex presidente Menem está siendo juzgado junto al ex juez de la causa, Juan José Galeano, los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia, el ex titular de inteligencia, Hugo Anzorreguy junto con otros agentes y ex comisarios que participaron en la causa”, dijeron.  

A la lista de imputados se suman los que recibieron el dinero ilegal, Telleldín, su ex pareja y su abogado, y Rubén Beraja, quien era el presidente de la DAIA y jugó un rol importante al avalar las maniobras de encubrimiento.

En ese contexto el ministerio de Justicia, a cargo de Germán Garavano, al momento de su alegato directamente dejaron afuera de la acusación a los ex fiscales Mullen y Barbaccia, quienes tienen relación el ministro Garavano y con la familia judicial. 

Desde Memoria Activa definen dicha acción por parte del gobierno como “vergonzoso y demuestra que el gobierno encubre a los encubridores”.

Bajo la lupa está también el rol tanto de la DAIA como de la AMIA, quienes para los familiares “trabajan arduamente para que no se hable de encubrimiento y mucho menos acerca de que un ex presidente de la institución está siendo juzgado”, en referencia a Rubén Beraja.   

Por último, Memoria Activa habló sobre el lugar que ocupa el atentado en el imaginario colectivo de los argentinos y consideraron que es “un lugar muy pequeño”, pero lo relacionaron con “muchos intereses políticos y mediáticos contrarios a la verdad y a la justicia que se esfuerzan en tapar lo que está ocurriendo y usar políticamente la causa AMIA”.

“El atentado fue contra toda la sociedad argentina y no todos tienen eso muy en claro. Sin embargo, creemos que la mejor forma de memoria es la de la justicia y por eso luchamos”, cerraron.