En diálogo con distintos referentes del empresariado mendocino la sensación es de expectativa, pero con mucha cautela. El repaso de los números de esta primera parte del año marca preocupación.
Según el INDEC en el cuarto mes del año el índice de producción industrial tuvo una caída de 8,8%, respecto a igual mes de 2018. Así las cosas, el acumulado del primer cuatrimestre presenta una baja interanual de 10,6%. Por su parte la actividad económica cayó 6,8% en marzo y revirtió la tendencia de tres subas mensuales consecutivas. En el primer trimestre de este 2019 la economía acumuló un desmorone del 5,7%.
Este repaso explica, en parte, lo que siente el sector empresario a nivel país. La Guía Salarial 2019, que publica el Grupo Adecco, expresa que casi 4 de cada 10 empresarios siente “incertidumbre”. Pese a ello un 32% calcula que la situación es estable y un 17% mantiene una perspectiva positiva.
En cuanto a las estrategias de remuneración, el 76% de las empresas encuestadas informó que ya ha otorgado incrementos salariales a sus empleados fuera de convenio colectivo. El promedio de ajuste salarial otorgado en forma anual en lo que va del año está en el orden del 27% al 31%, dependiendo de la industria analizada.
Los resultados también arrojaron que el porcentaje promedio de rotación del personal se calcula en 12,5% para el mercado general. Los puestos más vulnerables son: ingenieros, técnicos, puestos del área comercial y especialistas en sistemas. Además, al igual que en años anteriores, los sueldos en la Patagonia son los más altos del país y los más bajos se encuentran en la Región de Cuyo y en el NOA-NEA.
Qué se dice en Mendoza
Para Adolfo Brennan, vicepresidente de la Federación Económica de Mendoza (FEM) el sector empresario en casi todos los rubros está con expectativas, “se está observando cómo va a seguir la economía, las decisiones que se toman son de corto plazo y con cierta incertidumbre” resumió. Algunos sectores están más dinámicos -lo que tiene que ver con energía e hidrocarburos y el sistema financiero- pero “la mayoría de las actividades están en una curva que no se revierte de muchos meses recesivos”. Por otra parte, Brennan dijo que no hay muchas incorporaciones de personal pero tampoco despidos masivos. Sí, se han perdido algunos puestos de trabajo, sobre todo en PYMES industriales. Indumentaria, calzado y marroquinería han caído mucho aunque tienen expectativa por el impulso del Ahora 12.
“La definición de las candidaturas ha provocado un cambio de humor en los mercados y en la posibilidad de proyectar a futuro. Las expectativas están puestas en diciembre post elecciones” puntualizó. Desde la FEM proponen una agenda a los candidatos a gobernador para trazar un rumbo económico que influya en un cambio en la matriz productiva.
Por su parte, Daniel Ariosto presidente Unión Comercial e Industrial de Mendoza (UCIM) dijo que son optimistas porque no es constructivo “tirar tierra todo el tiempo.” Sin embargo, admitió que 2019 ha sido un año salvaje porque el gobierno no encontró el rumbo adecuado para poder morigerar impuestos. Según el sector hubo un error de diagnóstico por parte del ejecutivo nacional a la hora de “evaluar políticas para la situación en la que se encontraba el país”. En síntesis: “no es buen año para los negocios y estamos preocupados.”
La inflación y el desequilibrio del dólar –ahora más calmo- son factores que inciden en los precios. "Nos quejamos de los políticos pero el sector empresario tiene que mirarse también cómo impacta, por ejemplo cuando remarca. La salida tiene que venir por una mejor administración en el próximo gobierno" remarcó. A su vez dijo que se cuida el empleo pero que pagar los sueldos cuesta bastante. En ese sentido aprovechó para criticar la economía informal, que paga y factura en negro, generando competencia desleal.
Finalmente Juan Pablo Solis, referente del sector Industrial Metalúrgico confesó que la realidad de la metalmecánica mendocina es que hoy las pymes, están trabajando al 50% de la capacidad instalada. El escenario está marcado por la fuerte recesión que se vive: “esto tiene dos significados, los que están por debajo del 50% de la capacidad instalada, están haciendo todo lo posible para lograr subsistir, tratar de mantener los puestos de trabajo y lograr que sus industrias no tengan que terminar cerrando sus puertas. En tanto, quienes están por encima tienen algún grado de rentabilidad, pero por lo general no están pensado en aumentar la plantilla de empleados.”
Otras de las problemáticas que se da es la del financiamiento. “Las altas tasas de interés de los bancos ahogan a los industriales” explicó. Según datos reclutados por ASINMET, las pymes metalmecánicas que han tomado crédito, el 17% ha sido crédito para Inversión y el 83% restante de los créditos se dividió entre: Capital de Trabajo, Impuestos, Sueldos, etcétera.
La expectativa para lo que resta del 2019 es de mantener las fuentes de trabajo, aunque algunos empresarios optarán por reducir la cantidad de horas extra.
Hace unos días la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME) emitió un comunicado de tono crítico respecto a la situación actual y la perspectiva en el corto plazo. En el texto opinan que “la frágil calma en el sistema financiero del último mes está sostenida por un desenfrenado endeudamiento en dólares con grandes fondos internacionales y con el FMI, bajo inaceptables condiciones de mayores ajustes estructurales que recaerán una vez más sobre los sectores más débiles de la sociedad, las clases medias, las Pymes y los trabajadores.” Para este sector es necesario un proyecto de país que recupere la industria nacional, la equidad social y la soberanía económica.