Por el momento son 14 los muertos por el atentado que ocurrió ayer en la estación Sennaya Ploschadel del subte de la ciudad de San Petersburgo, la segunda más grande de Rusia y antigua capital imperial, donde también hubo más de medio centenar de personas heridas.

"Al día de hoy podemos constatar la muerte de 14 personas: once en el lugar del siniestro y tres a consecuencia de las heridas recibidas", expresó Veronika Skvortsova, ministra de Sanidad de Rusia.

Los servicios secretos informaron que todo apunta a un ciudadano oriundo de la república de Kirguistán como autor del atentado, que ocurrió cuando el presidente ruso, Vladímir Putin, se encontraba en la antigua capital zarista.

El sospechoso ha sido identificado como Akbarzhon Dzhalilov, nacido en Kirguistán en 1995, pero recibió posteriormente la ciudadanía rusa, aunque Rusia aún no ratificó que ese haya sido el atacante.

Ayer, a las 14:40 hora local (08:40 hora argentina) una bomba, presumiblemente confeccionada con un kilo de explosivos, estalló en la estación Sennaya Ploschadel del subte de la ciudad de San Petersburgo, la segunda más grande de Rusia y antigua capital imperial.

Según la Policía, hubo dos dispositivos, el que explotó y el que fue detonado de manera segura por las autoridades, eran bombas de esquirlas, un tipo de arma que lastima de manera indiscriminada y muy efectiva.

El Kremlin reconoció la posibilidad de que "el atentado terrorista" fuera obra de un atacante suicida, aunque no hizo pública su identidad, y consideró que representa "un desafío para el pueblo ruso y para el presidente, Vladimir Putin".

Dmitri Peskov, vocero del Kremlin, reconoció durante una conferencia de prensa con medios locales que sigue barajándose la posibilidad de que el atentado fuera cometido por un terrorista suicida, como ocurriera en los perpetrados en 2010 en el metro de Moscú, donde murieron 34 personas.