¿Un Malbec blanco? ¡Pero si es una uva tinta! Aunque te parezca imposible es real, nuestra cepa insignia se puede vinificar como un vino blanco: el secreto es no dejar la piel de la uva en contacto con el jugo para que este no se tiña. 

Las plantas que dan nacimiento a este insólito Malbec salen del Valle de Uco, de La Consulta y Vista Flores en Mendoza. Para que la enóloga Carola Tizio lo meta 6 meses en barricas de roble americano bajo la mirada atenta el winemaker norteamericano Paul Hobbs.

Lo primero que te va a sorprender es su color piel de cebolla, bien alejado del característico rojo violáceo del Malbec; en nariz las clásicas violetas que suelen identificar a esta cepa se transforman en lavandas y jazmines, las ciruelas pasan a ser cerezas, guindas y algo de sandía. Al tomarlo es refrescante y presente en boca.  

Ideal para: ver la cara de asombro de tus amigos al decirles “traje un Malbec”, y ponés en la mesa este riquísimo vino blanco.

Vale: $180.    
Más info: www.vicentinfw.com.ar 

A diferencia de los blancos de Malbec, los rosados de esta cepa ya cuentan con muchos adeptos, el atractivo color rosa brillante de este vino se debe al corto contacto que tuvo el jugo con los hollejos de la uva, en este caso sólo 6 horas.

Saurus es la línea de la Bodega Familia Schroeder que destaca las características naturales que da cada varietal en la región de San Patricio del Chañar. Este rosado es un buen representante neuquino que expresa todo el encanto patagónico en tu copa.

Creado por el enólogo Leonardo Puppato, este rosado huele a flores, ciruelas, cerezas y a damascos llenos de miel (como los que nombraba Eduardo Falú al cantar la tonada de un viejo amor), al tomarlo resulta muy fresco y frutado.

Ideal para: acompañar ese plato que te resulta difícil de maridar, este rosado es un comodín salvador. 

Vale: $133. 
Más info: www.familiaschroeder.com