Por un lado, se mantendrá la libre flotación del tipo de cambio entre $34, el piso, y $44, el techo. El Central no saldrá a intervenir en el mercado hasta que el precio de la divisa alcance ese precio. A su vez, las bandas subirán al 3% mensual, siendo devaluaciones progresivas y preestablecidas.

Si se pasa de esta banda habrá intervenciones de hasta u$s150 millones, de no alcanzar no queda explicitado cómo se mantiene el esquema.

Es una mezcla de dos sistemas, por un lado "la tablita" con las devaluaciones progresivas pero en un lugar de un valor se actualizan las bandas de flotación.

El ajuste de 3% mensual implica que el dólar, de cumplirse el esquema, podría cerrar el año en torno a $48. En los primeros tres meses del régimen el total previsto para intervenir es u$s 9.000 millones.

Cómo declaro Sandleris se refuerza el compromiso del Banco Central con la reducción de la inflación. Para esto se inaugura un nuevo régimen de política monetaria, se abandona el esquema de metas de inflación y ahora habrá un control estricto sobre el crecimiento de agregados monetarios: 0% de aumento de la base monetaria hasta junio de 2019.

Esto puede implicar una fuerte contracción en la actividad económica. La idea es clara, si hay pocos pesos circulando las expectativas inflacionarias se verán ancladas, no podrán generar presiones en el dólar ni en precios.

Para esto es necesario que no haya aumentos nominales de salarios y tasas de interés altas que parten del piso del 60% actual, lo que resulta en una caída de la actividad económica.

El nuevo acuerdo con el FMI es por el total de 57.100 millones de dólares, es decir, un aumentó de u$s7.100 millones con respecto al acuerdo previo.

A su vez, el nuevo esquema de desembolsos aumenta la suma prevista para 2018 en u$s8.000 millones y para 2019 en u$s11.000 millones. Por lo tanto, hasta 2019 el FMI asegurará financiamiento por USD 36.200 millones, incrementandolo en 19.000 millones de dólares.

En este sentido, se debrían despejar las dudas sobre liqudez o default lo que implica una baja en el riesgo país.

Los fondos del programa estarán disponibles para su uso como apoyo presupuestario, por ende, se desembolsan de forma automática y ya no serán tratados como precautorios.

Esto quiere decir que de cumplirse las metas pautadas en cada uno de los tramos se habilitan los fondos en principio sin control sobre su destino, que pueden administrar el déficit presupuestario para que llegue a cero.

Nuevamente la importancia de alcanzar el tan anunciado equilibrio fiscal. Tal como está establecido en el Proyecto de Presupuesto 2019 remitido al Congreso, se prevé alcanzar el equilibrio fiscal primario en 2019, un año antes de lo previsto en el anterior acuerdo, por lo que caería la necesidad de financiamiento del gobierno.