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24 de Marzo de 2018
Con el nuevo esquema de cuatro defensores, Sampaoli aseguró que había optado por Bustos y Tagliafico a partir de la capacidad en ataque de ambos y ninguno de ellos defraudó al entrenador.
Con el dominio de la pelota en toda la primera mitad, se supieron acoplar a la idea de juego y liberaron responsabilidad en Di María y Lanzini a la hora de la marca. Siempre como opciones de pases sobre la línea, también rompieron por dentro e incluso tuvieron sus chances.
En el complemente, se vieron algunas fallas en la espalda de Bustos, principalmente, cuando Italia se animó a jugar en esa zona con pelotazos cruzados, causando serio riesgo en el arco de Caballero, aún así es una gran noticia para el entrenador el partido de ambos jugadores, que saben que están a prueba.
La decisión de Sampaoli de darle la chance al tercer arquero de la convocatoria era una de las grandes incógnitas para todos, sobretodo en un encuentro donde no había margen de error. Pese a esto, este partido le abre una puerta hacia Rusia, que quedará en poder del entrenador.
Con algunas inseguridades en los primeros minutos, Caballero demostró un gran juego de pies tanto para salir en largo y en corto, sobre todo en la primera mitad, que Italia no generó peligro sobre su arco.
En el segundo tiempo, fue responsable de mantener la valla en cero con un par de atajadas determinantes cuando el encuentro estaba 0 a 0, y la "Azzurri" había encontrado la debilidad con presión alta y a las espaldas de los laterales. Muy buen partido.
Una de las características principales de los sistemas de juego del entrenador, parece consolidarse a cada partido. Desde Higuaín hasta los centrales, Argentina tuvo una gran primera mitad, con un equipo corto entre sus líneas.
Italia utilizó el mismo sistema en las salidas de pelota parada de su rival, pero aún así se logró disputar toda segunda pelota. Gran parte del trabajo estuvo liderado por Giovani Lo Celso, Manuel Lanzini y Ángel Di María, con respaldo de los laterales.
La presión también dio sus frutos en el marcador, cuando los ex Rosario Central y River robaron una pelota en 3/4 de cancha, lo que culminó con una gran jugada capitaneada por Banega, que le dio la apertura del marcador.
Transcuerriendo los últimos 20 minutos de partido, Ever se hizo presente en el campo de juego, en lugar de Paredes, que no desentonó en el juego, pero tampoco convenció en la dupla central con Lucas Biglia.
Más liberado para ser el punto de partida en el ataque, el jugador de Sevilla le dio pase claro y precisión al equipo, generando mayor sociedades con los volantes ofensivos, liberando de esa función al jugador del Milan, que no redondeó una buena noche.
En sus pocos minutos sobre el campo, demostró que puede ser titular en esa función. La clave también estuvo sobre el arco rival, adelantando líneas, donde terminó siendo el responsable de abrir el partido, con un gran zurdazo, imposible para Buffon.
Arrancado desde una posición que no es habitual en su juego, le costó entrar en ritmo en el primer tiempo e incluso complicó en partes a la defensa con faltas en campo propio, a raíz de la presión ejercida.
Con la pelota en los pies, fue de los más desequilibrantes, encontrando sociedades con Bustos, por el sector derecho, y con Lo Celso, Paredes e Higuaín en una posición más ofensiva, buscando siempre al 9 para cerrar los ataques.
Con el partido más abierto a partir del adelantamiento del rival, se lo vio más cómodo para recibir la pelota desde mitad de cancha, e incluso convertirse en el armador juego.
Si bien ya cerraba una gran actuación, el golazo al ángulo no sólo fue la frutilla del postre de un buen partido de Argentina, sino que demás lo puso entre las figuras del encuentro. A este ritmo, sería muy difícil no verlo en Rusia