La gente que padece asma no sólo puede hacer ejercicio físico, también puede destacarse en el deporte. Incluso aunque no quieran ser atletas profesional, el hecho de hacer deporte puede beneficiar mucho a su salud.

Los ayudará a mantenerse en forma, a mantener un peso saludable e, incluso, a fortalecer los músculos pectorales que participan en la respiración, algo muy importante ya que puede contribuir a que los pulmones funcionen mejor. 

Hay algunos deportes que no tienen tantas probabilidades de ocasionar problemas a la gente que padece asma: la natación es una de las actividades con menos probabilidades de desencadenar crisis asmáticas.

Deportes como el béisbol, el fútbol, la gimnasia y el atletismo también suelen ser adecuados para las personas con asma. 

Si bien deportes como correr trayectos largos y el ciclismo, así como aquellos que requieren hacer un gasto energético durante un período de tiempo prolongado, no están "prohibidos", sí son menos recomendables para una persona con asma. 

Antes de hacer deporte, es muy importante que el asma esté bien controlada: es decir, que la persona no tenga crisis seguido. La mejor forma de tener el asma bajo control es seguir al pie de la letra el plan de acción contra el asma que haya determinado un médico.

También es muy importante que sea un profesional quien sugiera algunas estrategias de entrenamiento.