Es atractivo, tanto a la vista como al oído. Su música es pegadiza, sus videoclips hipnotizantes y su cultura, expansiva a un ritmo vertiginoso. El K-Pop se exporta desde Corea del Sur al mundo y es una de las actividades más redituables del país liderado por Moon Jae-in. Sin embargo, no todo es 'clink, caja' para estos ídolos.
Pasando por contratos que establecen una relación de dependencia explotativa, la presión de las empresas y de los fans y una rígida sociedad que espera nada menos que lo mejor del artista hasta la prostitución, la discriminación y los suicidios, quienes aspiran a formar parte de este ámbito -y permanecer en él- no transitan un camino simple.
¿Qué es el K-Pop?
En primer lugar, el K-Pop o pop coreano más que un género es un fenómeno integral que engloba música, estética visual, coreografía, un comportamiento determinado y una estrechísima relación con los fans.
Si bien es originario de Corea del Sur, también existen grupos de otras naciones asiáticas, como Tailandia y Japón, que se identifican con el K-Pop.
En cuanto al sonido, las canciones suelen ser upbeat, divertidas, pegadizas y con frases en inglés para una más fácil comprensión y viralización. Los singles siempre van acompañados de un video musical que se destaca por lo colorido, lo dinámico y lo trabajado de las coreografías.
Y el color se vuelve oscuro
Más allá de la imagen que las empresas de entretenimiento surcoreanas dejan ver, existe un llamado "lado oscuro del K-Pop" que hace referencia a problemáticas que miles de los millones de fanáticos de esta movida desconocen.
¿Contratos esclavizantes?
"El K-Pop no es tiránico, es disciplinado", opina Gabriel Pressello, encargado de prensa y programación del Centro Cultural Coreano en Argentina. "A diferencia de la industria musical que nosotros conocemos, la occidental, el K-Pop está mucho más basado en el trabajo y tienen un disciplinamiento más fuerte en todas las instancias de formación".
La etapa previa al lanzamiento de una banda de pop coreano toma años, mucha dedicación y esfuerzo. En general, se selecciona a los aspirantes a idols -como se conoce a las estrellas en Corea del Sur- a través de castings. Una vez elegidos, los jóvenes, en general adolescentes o incluso preadolescentes, inician su fase trainee. En ella, aprenderán a bailar, cantar, desenvolverse frente a las cámaras, a comunicarse con la prensa y hasta a alimentarse, entre muchas otras cosas.
Un cronograma rige cada día de su vida y, a medida que pasan los años, se intensifica: cuando los trainees tienen edad suficiente, son obligados a mudarse con los otros miembros de la agrupación a una misma vivienda en la que compartirán todas sus actividades.
A partir de allí, las empresas de entretenimiento se encargarán de los gastos de alquiler, ensayo, alimentación, gimnasio, cirugías estéticas -si ellos consideran que los trainees las precisan- y hasta del celular que utilizarán. Por supuesto, esta inversión vuelve en un acuerdo de ganancias 70-30 que siempre beneficia a la compañía.
Integrantes de bandas como DBSK (también conocida como TVXQ) denunciaron a su sello discográfico por "contrato esclavista", al dar a conocer que fueron sometidos a incontables horas de ensayo y tan sólo 4 de sueño por día, entre otras razones. El juicio lo terminaron ganando los denunciantes y se transformó en un caso bisagra para el ámbito.
Sin embargo, la Licenciada en Estudios Orientales con Especialización en Asia Pacífico, Paula Fernández, invita a repasar la historia reciente de este país para comprenderlo mejor:
"En los años '60 y '70, Corea del Sur luchaba por volver a salir adelante luego de la guerra, era un país devastado, sumamente pobre. El país pasó un complejo proceso de industrialización que hoy le permite ser una de las principales economías del mundo. Levantar el país fue posible gracias a una dedicación comunitaria colosal, por eso la importancia del trabajo y el esfuerzo en la cultura coreana. En este sentido, y como en aquel entonces, hay una idea de alcanzar la máxima productividad en un tiempo veloz (el concepto del tiempo ppali-ppali en la cultura coreana)", explica.
Fernández, que también es Profesora de protocolo, historia y cultura de China, Corea y Japón, propone extrapolar esta idea a "la manera en que las agencias se manejan con la creación de grupos".
"El grupo es un producto, ya no industrial, pero sí cultural. Desde luego hay críticas que podrían hacerse dentro de todo este proceso y mirando con el ojo occidental, pero creo que es importante también entender que esto forma parte de una cultura de trabajo muy anterior al surgimiento del K-pop y que tampoco es exclusivo de esta industria cultural en la actualidad", agrega.
Pressello coincide con ella: "Hay que verlo justamente como lo que es: otro modelo. Allá las discográficas directamente van y arman el grupo y forman a los chicos. Los agarran cuando tiene 12 años y les enseñan a bailar y a cantar, y por ahi si no cantan tan bien lo hacen que bailen bien. La cultura coreana es muy exigente en temas de laburo y educación. Se estudia mucho, se trabaja mucho; después cada uno puede hacer la apreciación que quiera, pero la realidad es que la sociedad coreana está mucho más volcada al trabajo y a la dedicación".
Presiones
Pero no son sólo los exigentes contratos lo preocupante: existen, a su vez, acuerdos verbales en los que se pacta que el idol no podrá de ninguna manera estar envuelto en un escándalo de alcohol o drogas; tampoco pueden mantener relaciones amorosas públicas a menos que haya un contrato de marketing de por medio, entre otras cosas. Y quienes muchas veces se encargan de "garantizar" que esto se cumpla son, irónicamente, los fans.
Los K-popers son seguidores extremadamente fieles, detallistas y comprometidos: basta con ver los Trending Topics de Twitter para comprenderlo. No obstante, aquellos fans que residen en Corea del Sur sobre todo, son muy pasionales y si llegan a enterarse que sus idols fueron vistos drogándose, alcoholizándose o algo similar, son capaces de pararse en la puerta de la empresa que los contrató para pedir que bajen a los miembros "conflictivos" de la banda. Los casos más extremos añaden una petición de pena de muerte al Gobierno, aunque nunca han llegado a concretarse.
María del Valle Guerra, Doctoranda en Traducción y Estudios Interculturales de la Universidad Autónoma de Barcelona, cuenta lo siguiente: "Se registraron casos de segregación de algún integrante luego de protagonizar hechos considerados por la opinión pública como 'escandalosos'. Esto generó pérdidas en las discográficas y se acordó la baja del contrato. A veces esto no se dio en el contexto más amable e intervino la justicia. Sin embargo, esto ocurrió dentro de parámetros similares a los pautados en el mundo artístico global".
Por su parte, Fernández se anima a asegurar que "una de las características más distintivas del K-pop es el poder de los fans".
Pressello, en tanto, compara esta situación con una práctica que a los argentinos (u occidentales) nos es más común: el fútbol. "Si un jugador estuvo de joda y no arranca el fin de semana, los hinchas también empiezan a decir: 'Che, colgá a este jugador'. Muchos clubes tienen contratos de discrecionalidad: no te pueden ver fumando, no te pueden ver en un boliche antes del día del partido; hay contratos de cómo tenés que aparecer en el público y la prensa", argumenta.
Y añade: "Yo entiendo la lógica de la industria del K-pop, se puede estar más o menos de acuerdo, son cuestiones personales, pero me parece más raro el tema de los fanáticos: cómo se fanatizan tanto".
Roy Gerson López Macuyama, miembro del grupo de Facebook "FANS K-POP FULL", una numerosa comunidad con más de 98.000 integrantes, se expresó sobre este punto en particular: "A veces los fans se olvidan que sus idols también son seres humanos y, como tales, cometen errores y se equivocan. Por consumir todo lo que es respecto a su grupo favorito de K-Pop ya sea álbumes, mercadería, accesorios, etc; algunas veces las fans creen que su idol les pertenece o es de su propiedad. Ya sea que un idol esté saliendo con una chica, las fans ya están mandando las peticiones a su agencia para que den de baja a ese idol".
Discriminación
En el ámbito del K-Pop la discriminación se suele expresar en dos corrientes: la racial y la sexual.
Uno de los más recordados casos es el del romance secreto entre Jo Kwon, del grupo 2 AM, y Shin Soohyun, de U-KISS, descubierto tras una intensa investigación cibernética de los fans, que encontraron viejas dedicatorias en las que ambos confesaban querer comer, dormir, vivir y estar juntos. A pesar de las contundentes pruebas, Jo Kwon lo negó todo, aparentemente, por temor a la discriminación.
Pero Del Valle Guerra lo refuta: "La discriminación por gustos sexuales o por la rama genealógica de los integrantes de un grupo se encuentran cargados de comentarios con animosidad más que de una realidad. A modo de ejemplo, Super Junior es una banda que nació hace más de 12 años y uno de sus integrantes fue chino. Por otro lado, BTS rompe récords a nivel mundial y expresan abiertamente cada uno de sus integrantes su orientación sexual".
Para Fernández existe una "cierta ironía": "En Corea los miembros de las bandas masculinas son abiertamente metrosexuales. Los varones cuidan su imagen tanto como una mujer, algunos hasta adquiriendo ciertas características femeninas, lo cual es visto como positivo en los estándares de belleza en dicha sociedad pero que incluso a niveles de un Occidente supuestamente abierto resulta extraño. Aun así, no se los señala por su orientación sexual en su propio país por estas actitudes. Y voy aún más atrás, en la antigüedad, en Corea existía un grupo de jóvenes guerreros élite que eran conocidos como los “guerreros de la flor” (hwarang), quienes utilizaban maquillaje y accesorios que podríamos considerar femeninos de este lado del mundo, mientras que en Occidente un guerrero es representado generalmente con un estereotipo musculoso, barbudo y feroz. Entonces, ¿desde qué lugar nos paramos en realidad para definir niveles de apertura en el mundo o la orientación sexual?".
Abusos sexuales y prostitución
El flagelo de los abusos sexuales y la prostitución abarca a toda la industria del entretenimiento surcoreano y, lamentablemente, también salpica al K-Pop.
En general, las víctimas son chicas jóvenes que son abusadas u obligadas a ofrecer favores sexuales para obtener contratos o publicidades. El caso más emblemático fue el de la actriz Jang Ja Yeon que a sus 27 años decidió quitarse la vida y explicó en su carta de despedida la razón: su representante la obligaba a mantener relaciones sexuales con ejecutivos y directores para conseguir trabajo.
Sobre esto se pronunció Fernández: "En Corea fue un escándalo y a partir de allí se promovieron algunas directivas para regular la actividad de los artistas, aunque aún quedan cosas por hacer. De todas maneras, sería incorrecto decir que es algo inherente a la industria surcoreana, más bien es algo que se encuentra tristemente presente en la industria del entretenimiento general, incluyendo el mismísimo Hollywood. No nos olvidemos del caso de Harvey Weinstein que fue noticia mundial y destapó una red de complicidades".
Una vez más, Pressello coincide: "Por supuesto lo condeno totalmente pase donde pase, pero no sé cuánto más pasa ahí de lo que puede pasar en Hollywood o acá".
Suicidios
Sin dudas, esta es la parte más oscura del K-Pop. O directamente de Corea del Sur.
"Hablar de suicidios en el mundo del K-Pop obliga necesariamente a recordar que nos encontramos frente a una cultura muy diferente a la occidental donde incluso los índices de esta trágica práctica son diferentes. Corea del Sur figura entre los diez países con mayor tasa de suicidios entre los jóvenes. La presión social, la competencia y hasta el concepto de individuo cobran una valoración diferente para ellos. Los idols no son ajenos. Muy por el contrario, forman parte de las pautas culturales que los involucran", manifiesta Del Valle Guerra.
En diciembre de 2017, Kim Jong-hyun, líder de la boyband SHiNee, fue encontrado muerto en su departamento de Seúl y su caso conmocionó al mundo entero por tratarse de una de las bandas más exitosas de este movimiento. El joven de 27 años padecía de depresión y sufría la gran exposición pública a la que era sometido por su fama.
#JjongYouDidWell Memorial y ceremonia de globos en Barrancas de Belgrano, Bs As, Argentina. #Jonghyun
— Jonghyun - Argentina (@JH_SHINeeArg) 20 de diciembre de 2017
Seguimos estando con vos, cuando nos necesites, búscanos. Nosotros miraremos al cielo, buscando la estrella más brillante y te diremos "Lo hiciste bien. Trabajaste duro." pic.twitter.com/qbYpcgRTjM
Para Fernández "el K-pop es sólo una arista de una problemática mayor, donde también es posible encontrar las presiones por acceder a una excelente educación o un excelente empleo, entre otras cosas". "El mismo esfuerzo y cultura de trabajo de la sociedad coreana termina, en algunos casos, llevando a situaciones extremas", agrega la especialista.
¿Es tan así?
Por ahora, podemos limitarnos a decirte que todas estas situaciones que enumeramos existen. De hecho, dos documentales reflejan parte de lo dado a conocer en este artículo.
En primer lugar, "BNK48- Girls Don't Cry" (Las chicas no lloran, en castellano) fue dirigido por Nawapol Thamrongrattanarit y retrata a las jóvenes tailandesas que integran el grupo musical BNK 48, uno de los más famosos de toda Asia.
En la filmación, se deja asentada la fuerte competitividad entre sus propias integrantes, el cansancio, la frustración y, sobre todo, la presión bajo la que están sometidas.
En tanto, "K-Pop: El arma secreta de Corea" fue producido, dirigido y editado por Abigail Payet, de la señal británica BBC, y cuenta con dos escenas muy interesantes.
La primera de ellas es una entrevista a la directora de marketing de la banda VICTON que habla sobre las relaciones amorosas de los idols, si son millonarios o no, si pueden tener vida privada aparte de la agrupación o no, entre otras cosas.
La segunda tiene como protagonista a la mamá de una ex idol que confirma las exigencias de las empresas de entretenimiento al tiempo que agradece hasta las lágrimas el apoyo incondicional de los fans.
Todo indica que este lado oscuro existe, está ahí; tal vez no sea tan dramático ni trágico como lo percibimos desde este lado del hemisferio, pero tener estos puntos en cuenta nos pone un paso más cerca de comprender semejante fenómeno mundial.