Si bien los Esteros del Iberá aún figuran como uno de los destinos turísticos por fuera del radar habitual, cada vez más locales y extranjeros deciden optar por esta área natural ubicada en la provincia de Corrientes, en el noreste de la Argentina. Pero, ¿por qué es uno de los favoritos de los amantes de la naturaleza? 

Para tomar dimensión de su riqueza sólo alcanza con brindar dos datos: sus 1.300.000 hectáreas lo convierten en el segundo humedal más grande del mundo y en una de las principales reservas de agua dulce del planeta.

A la hora de buscar una experiencia diferente, esta extensa zona dedicada a la protección de la fauna y la flora permite disfrutar de los animales en su hábitat natural. Sin dudas, una experiencia difícil de olvidar.

Cada año, el influyente diario estadounidense elabora su lista de rincones del mundo que hay que explorar al menos una vez en la vida. En la selección para 2017, esta área natural argentina se ubicó en el puesto n°42 de los destinos destacados. 

Mientras que la lista la encabezó Canadá, el segundo país más grande del mundo, los Esteros fueron el único destino de la Argentina incluido en el ranking de la revista. 

En guaraní, la palabra Y-Berá significa “aguas que brillan”. En tanto, los esteros son depósitos de agua estancada, con una profundidad que varía entre uno y tres metros, cubierto de plantas acuáticas como el aguapé, irupé, el repollito y la lenteja de agua. 

Con el objetivo de preservarla, la Reserva Ecológica del Iberá fue creada por la ley 3771 el 15 de abril de 1983. Actualmente, es el área protegida más extensa de la Argentina.

Los esteros y las lagunas del Iberá y los ricos ecosistemas que lo componen representan una de las áreas biológicas más destacadas de Argentina y de América del Sur. 

Este gran humedal está formado por bañados, arroyos, esteros y más de 60 lagunas. En cada uno de estos lugares hay desde yacarés hasta ciervos de los pantanos, lobitos de río, carpinchos o boas curiyu, muchos de ellos en peligro de extinción.

También hay más de 300 especies de aves (el 35% de las aves que habitan la Argentina residen en el Iberá) y 125 especies de peces.

Colonia Carlos Pellegrini, un pequeño pueblo de tan solo 1200 habitantes y un centro que comprende sólo 9 cuadras, es el portal Este de los Esteros del Iberá. Se encuentra emplazado dentro de la Reserva Natural, a orillas de la laguna Iberá.

Por su riqueza natural y su acceso directo, se convirtió en un destino turístico reconocido internacionalmente, famoso por la abundancia y fácil avistaje de aves y vida silvestre. La tranquilidad de sus calles de tierra  nombradas en guaraní y la calidez de sus vecinos, hacen de este pueblo un lugar inolvidable. 

Dicen que lo bueno se hace esperar; por eso, te lo adelantamos: el acceso a este paraíso de vida silvestre no es tan sencillo y, justamente, eso forma parte de la magia.

Carlos Pellegrini está ubicado a 354 kilómetros de la Ciudad de Corrientes. Para llegar por vía terrestre, la conexión de las principales ciudades argentinas tienen como punto convergente a Mercedes. Desde allí se debe seguir por la ruta provincial 40: los 80 kilómetros finales son de ripio transitable, pero debe hacerse despacio, a no más de 60km/h.

Y si se viaja en avión, la conectividad aérea con trasbordo en la capital correntina implica un recorrido terrestre de 360 kilómetros.

El Centro de Interpretación Iberá se encuentra a orillas de la laguna Iberá, en el pueblo de Colonia Carlos Pellegrini, y es la mejor base para la exploración del parque. Todas las visitas a esta zona se centralizan en este punto. Siempre con la naturaleza como principal protagonista, tenés varias opciones:

• Plan acuático: Al llegar hasta ahí, el mejor plan es contratar un paseo acuático. La lancha (equipada con chalecos salvavidas) recorrerá las aguas de los esteros y pasará cerca (¡muy cerca!) de numerosos carpinchos y yacarés. Y si te gusta la aventura, también podés optar por este paseo… pero de noche. Además, desde el camping municipal, es posible alquilar kayaks y canoas para remar por la laguna Iberá.

• Plan caminata: El Sendero de los Monos en uno de los senderos que se encuentra en las inmediaciones del centro de interpretación. ¿Con qué te vas a encontrar? Los monos Carayá, que habitan en monte cercano, se pueden observar en la copa de los árboles y deslizándose sobre ellos con ayuda de su cola. Esto también se puede hacer de noche.

• Plan nocturno: A través de camionetas 4x4, estos safaris permiten apreciar los sonidos nocturnos del estero y, gracias a la ayuda de reflectores, hacer avistaje de los animales que tienen más actividad de noche: zorros, vizcachas, tatú negro, gato montés, carpinchos, yacarés, ciervos de los pantanos, aves nocturnas y zorrinos.