Se reclama que el presupuesto destinado al CONICET se incremente lo suficiente como para garantizar el funcionamiento de los Institutos, que se cumplan todos los proyectos aprobados y que puedan actualizarse tanto los salarios de los investigadores de carrera como las becas doctorales y posdoctorales. Un becario doctoral cobra, hoy, alrededor de 23 mil pesos. 

En los últimos días se supo que 2000 jóvenes investigadores quedaron excluidos del sistema científico por los bajos ingresos a carrera que se aprobaron. Los directores reclaman que se prorroguen las becas a estos jóvenes excluidos hasta que se dé a conocer la resolución del próximo concurso de ingreso a la Carrera de Investigador Científico, que todavía no fue convocado. Además, exigen que este nuevo llamado contemple un aumento significativo en el número de vacantes, "a fin de revertir el deterioro sufrido en los últimos años y retomar una senda de crecimiento".

En 2018, hace más de 10 meses, se llevaron a cabo las elecciones en CONICET para elegir a los Directores por dos grandes áreas: Ciencias Biológicas y de la Salud, por un lado, y Ciencias Sociales y Humanidades, por el otro. Para la primera, ganó Alberto Kornblihtt; para la segunda, Mario Pecheny. Ambos representan voces muy críticas con respecto a la política científica actual. En un mecanismo que hace recordar la demora en la oficialización de Roberto Salvarezza como parte del directorio,  ninguno de los dos fue nombrado todavía oficialmente. Por eso, los directores de institutos reclaman  "la inmediata normalización del Directorio del CONICET con la designación de los miembros electos".

Desde el 10 de diciembre de 2007 hasta el año pasado, Argentina contó con un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva al frente del cual estuvo siempre Lino Barañao. Esa etapa concluyó con la degradación del Ministerio a Secretaría en septiembre de 2018.  Parte del reclamo de los directores de institutos es que se le restituya el rango ministerial.