La noche del 19 de abril de 1989 Antron McCray, Kevin Richardson, Yusef Salaam, Raymond Santana y Korey Wise, un grupo de adolescentes afroestadounidenses y latinos, se reunieron en el Central Park de Nueva York; en la otra punta del parque, Trisha Melli -una joven de 28 que había salido a correr- fue víctima de una violación y una golpiza.
Frente a la difusión del caso y la presión social y política por encontrar a los responsables, la policía detuvo a los jóvenes y los llevó a la comisaría. Luego de horas de interrogatorio en condiciones ilegales, donde los jóvenes fueron alejados de sus familias, sin comida, sin agua, con la presión de los oficiales, fueron forzados a confesar bajo amenaza con la esperanza de que el castigo termine lo antes posible y con la promesa de volver a casa. Pero no pasó.
Sin evidencia física, huellas digitales o pruebas contundentes y con el manejo de evidencias por parte de la fiscalía, a cargo de Linda Fairstein, los acusados fueron condenados a penas máximas para menores, con excepción de Korey Wise, que tenía 16 años, por lo que el sistema legal lo trató como adulto. Todos estuvieron entre 6 y 13 años tras las rejas.
El caso contó con la complicidad de los medios de comunicación y del actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, por aquel entonces un “excéntrico millonario” -como lo definen en uno de los capítulos-, quien dos semanas después de las detenciones, antes de los juicios, pagó a diferentes periódicos influyentes de la ciudad para publicar una carta en la que pedía la restauración de la pena de muerte para castigar a los culpables.
En 2002, un hombre llamado Matías Reyes quien estaba en la cárcel junto a Wise por asesinato y violación confesó haber sido el único autor del crimen, y su ADN coincidió con el hallado en todo el cuerpo y la ropa de la víctima. En ese momento fueron exonerados, y recién en 2014, luego de una extensa batalla judicial, fueron indemnizados por la ciudad de Nueva York, aunque confiesan que nadie les pidió perdón. “El dinero no recupera el tiempo que perdimos. Tenemos cicatrices invisibles que nadie ve, son invisibles", contaron en una entrevista para Netflix.
El caso de “los cinco de Central Park”, o como prefieren ser llamados, “los cinco exonerados”, quedó registrada en “Así nos ven”, la miniserie de Netflix donde Ava DuVernay -directora, productora ejecutiva y co-guionista- cuenta la historia desde la perspectiva de los protagonistas y sus familias para humanizar el relato, desde un enfoque político y cultural lleno de crudeza. Con la producción de Robert de Niro y Oprah Winfrey, cuenta con un elenco conformado por Asante Black, Marquis Rodríguez, Caleel Harris, Ethan Herisse, Jharrel Jerome, Maquis Rodríguez, Justin Cunningham, Freddy Miyares, Chris Chalk, Jovan Adepo, Niecy Nash, Kylie Bunbury, Marsha Stephanie Blake, Vera Farmiga, Felicity Huffman, John Leguizamo, Michael K. Williams, Alexandra Templer.
La idea nació cuando Raymond Santana, uno de los exonerados, le envió en 2015 un tweet a DuVernay proponiéndole que cuente la historia. Según reveló la directora, quien ya había presentado trabajos ligados a la conciencia histórica y racial, la historia se iba a llamar originalmente “los cinco de Central Park”; sin embargo, la directora eligió cambiarlo porque sentía que deshumanizaba la discriminación que enfrentaron los jóvenes y que miles de personas viven a diario.
Para eso, los capítulos muestran cómo fue cada arresto, los juicios, pérdida de inocencia, su estadía en prisión, reinserción social, estigmatización, lugar de la familia, como también el sufrimiento que padeció Korey Wise, quien le aclaró desde el inicio a la directora que su historia era diferente.
“Kory me dijo antes de empezar: ‘Ava, puedes contar mi historia, pero debes saber que para mi fueron cuatro más uno, porque ellos al menos estaban juntos, pero yo estaba solo, tuve otra experiencia’", expresó DuVernay, en la entrevista especial para Netflix con Winfrey, y siguió: “En el caso condenaron no solo a una persona sino a toda la familia. Dañaron a la comunidad, a la cultura, a la generación. Lo que intentamos hacer con la serie es decir 'vamos América, cambiemos esto; no puedes cambiar lo que no sabes, así que nos reunimos para mostrarles lo que tal vez no sepan. Ahora que lo saben, ¿qué harán?. Ese es nuestro objetivo”.
Así, la serie explora el pasado para hablar de la violencia racial endémica que todavía sigue vigente en el presente. Tal es así que George Floyd, un hombre afroestadounidense de 46 años, fue asesinado en manos de la policía hace algunas semanas; mientras escribo esta nota, la policía de Atlanta mató a un joven afroestadounidense que se resistió a la detención. Es por eso que, a pesar de la cuarentena, miles de personas con barbijos y tapabocas marcharon por las calles de Estados Unidos para reclamar por el fin de la pandemia del racismo.
El detrás de “Así nos ven”: un reclamo histórico contra la desigualdad
La serie se enmarca en un contexto de racismo estructural, con desigualdad en el ámbito laboral, educativo, de género, en el sistema carcelario y más. Por enumerar solo algunos datos: según el Centro de Investigación Pew, en 2018 había 2.272 reclusos por cada 100.000 adultos afro, una tasa casi seis veces mayor comparada a los 392 encarcelados por cada 100.000 adultos blancos. Por su parte, en 2019 el 44% de los afroestadounidenses entrevistados aseguró haber sido detenido injustamente por la policía debido a su raza.
Asimismo, en la pandemia por coronavirus que vivimos, la comunidad afro también es la más afectada: a finales de mayo, según APM Research Lab, la tasa de mortalidad de COVID-19 para los afroestadounidenses era 2,3 veces más alta que la tasa de los estadounidenses blancos.
“Hay un montón de personas afro que están muriendo de forma desproporcionada por COVID. Hay desventajas económicas y de salud, algunas comunidades donde no hay barbijos disponibles y/o no tienen los recursos para obtenerlos”, denuncia Faith Brooks, activista afroestadounidense y antirracista, en diálogo con Filo.News. En su cuenta de Instagram, donde tiene más de 26 mil seguidores, suele propagar contenido para concientizar acerca de esta realidad, como también la situación que atraviesa el país en la actualidad.
En este sentido, la activista explica: “‘Black Lives Matter’ representa el reconocimiento de que las vidas negras no han sido ignoradas y tratadas por igual. El hecho de que tengamos que decir que importan porque las personas lo ignoran o no quieren siquiera pelear por las vidas negras es un problema. No es solo tener una consigna de ponerlo en nuestra línea, es elegir la forma en que vivís tu vida, a quién votas, los amigos que tenés, las personas que interactúan, el libro que vos lees, la educación que tenés de historia, todas esas cosas”.
Para ella, la serie hizo “un gran trabajo” en donde reflejó lo que sufrieron los cinco chicos: “Todo lo que pasa en ese caso fue ilegal, no fue bien manejado. Pienso que da un retrato preciso sobre lo que está pasando en la comunidad negra y el sistema criminal judicial, específicamente en Estados Unidos. No es solo la persona involucrada, sino también su familia”, indica. Justamente, en la trama podemos ver cómo la mamá de Yusef Salaam, Sharonne (Aunjanue Ellis), quien pierde su trabajo luego de que su hijo salió de la cárcel.
Para cambiar esta realidad, desde la organización Innocence Project distintos profesores, estudiantes y abogados trabajan día a día en todo el país para exonerar a las personas que fueron encarceladas injustamente. Justin Brooks dirige el centro en California, y cuenta para este medio que esta semana sacó a una cliente de prisión después de trabajar en su caso durante 25 años, Marilyn Mulero, quien era inocente y condenada a muerte, y que se suma a una larga lista de arbitrariedades.
“He visto racismo en el sistema durante toda mi carrera. Los casos con víctimas blancas reciben más atención y oraciones más largas. Las personas de color son más detenidas, más arrestadas, más procesadas y más castigadas”, dice. Según su visión, desde 1989 donde se ubica temporalmente la serie hasta la actualidad, “no cambió mucho el sistema. Creo que la serie fue muy precisa y reflejó el racismo en nuestra sociedad en general, así como en el sistema de justicia penal”, explica el docente.
Faith, por su parte, aspira: “Vi a mucha gente alrededor del mundo protestando y me hizo sentir tan emocionada y orgullosa, voces colectivas diciendo que ‘las vidas negras importan y necesitamos cambiar algo’. Pienso que eso es significante y espero que no perdamos de vista ese momento, es histórico, no podemos ignorar lo colectivo, que estemos unidos enfrentando el odio. No tengo idea de cuánto van a durar las protestas o qué va a surgir de esto, pero sí sé que creo que más personas están despertando… algo se siente diferente esta vez, mi esperanza es que podamos avanzar hacia la verdadera igualdad del país”.
“Black Lives Matter” y los cambios en Hollywood
La serie se estrenó en 2019 en la pantalla de Netflix, donde se convirtió en la más vista en Estados Unidos e incluso recibió 11 nominaciones a los Emmy 2019, aunque ninguna a los Globos de Oro, lo cual reavivó la controversia sobre la falta de diversidad racial en las diferentes entregas de premios (léase #OscarSoWhite). Un año después, en plena cuarentena por coronavirus, se disparó su consumo a partir de los casos de la violencia policial en el país.
Según reveló Parrot Analytics, ya que la plataforma de la “N” roja no facilita datos de audiencia, del 27 de mayo al 2 de junio -la semana siguiente al crimen de Floyd- la serie incrementó la audiencia en un 98.6%, a partir del análisis de descargas, archivos compartidos, mensajes y vídeos en redes sociales, entre otros factores.
“El entretenimiento tiene muchos propósitos. Pero la meta era poder crear algo con mis colaboradores que llevara a la gente a la acción, a evaluar lo que piensan y cómo se comportan en el mundo", confesó la directora, quien se convirtió en la primera directora de cine afro-americana en ser nominada al premio Óscar a la mejor película por “Selma” (donde retrata marchas por los derechos de voto de Selma a Montgomery, lideradas por James Bevel, Hosea Williams, Martin Luther King y John Lewis) y que recientemente ingresó a la Junta de la Academia de Hollywood.
La serie es una de las tantas que retratan el racismo que sigue vigente en Estados Unidos. Que volvamos a hablar de ellas responde a la difusión de “Black Lives Matter” en el imaginario social, en redes sociales, en una efervescencia social que no tardó en tener repercusiones en la industria del entretenimiento.
¿De qué manera? La actriz Khalilah Joi explica a Filo.News: “Actualmente existe un llamado a la acción en toda la industria para realizar cambios más sustanciales y duraderos y crear espacio para más historias negras, más artistas y talento negro. Tengo la esperanza de que veremos un cambio real en el futuro”.
El cine estadounidense estuvo colmado de racismo en toda su historia: delante de la pantalla, con películas clásicas como “The Birth of a Nation” o “The Searchers”, ‘blaxploitation’ con producciones como “Sweet Sweetback's Baadasssss Song” o “Las noches rojas de Harlem”, como también detrás de la pantalla, con la lucha de directores, directoras, artistas, montajistas, editores de sonido por conseguir visibilización y por denunciar todo el racismo que se expresa en los contenidos.
“Los afroamericanos han sido históricamente limitados en sus oportunidades en la industria del cine y la televisión. Los actores y actrices negros a menudo han sido relegados a estereotipos unidimensionales o personajes secundarios y terciarios. Las oportunidades detrás de escena para directores, escritores, cinematógrafos, editores, han sido aún más limitadas. Si bien se han logrado algunos progresos, particularmente con actores que son elegidos para roles más importantes, todavía queda mucho por hacer. Las palabras 'diversidad' e 'inclusión' se han utilizado mucho en el pasado reciente”, analiza la actriz.
La actriz cuenta que su lucha es doble: contra el racismo y el machismo, el sistema patriarcal: “Los problemas se exacerban específicamente para las mujeres negras. Tomemos, por ejemplo, el hecho de que cuando se emitió ‘Scandal’ en 2012, Kerry Washington se convirtió en la primera protagonista negra en un drama de redes en casi 40 años (desde que Theresa Graves protagonizó ‘Get Christie Love’ en 1974.) A menudo nos ven como amigo del protagonista blanco, y queremos interpretar personajes completamente formados y merecemos hacerlo”, afirma.
“Tarana Burke comenzó a decir #MeToo, pero recién cuando Alyssa Milano amplificó el movimiento en las redes sociales comenzaron a prestar atención. Lamentablemente, gran parte del trabajo que las mujeres afroamericanas están haciendo y han hecho históricamente para abordar las desigualdades patriarcales se pasa por alto. Anita Hill es otro ejemplo. Lo que estamos haciendo específicamente en la industria del cine y la televisión se puede observar a través del trabajo de personas como Ava Duvernay, quien se ha asegurado de que cada episodio del programa que creó, ‘Queen Sugar’, haya tenido una mujer en la silla del director. Es solo a través de ese tipo de apoyo colectivo e intencional que podemos comenzar (solo comenzar) a desmantelar los sistemas patriarcales”, sigue.
"Los afroamericanos han sido históricamente limitados en sus oportunidades en la industria del cine y la televisión", expresa Jail.
En su experiencia personal, la actriz cuenta: “Siempre hay incidentes muy incómodos, existe la batalla constante de jugar contra los estereotipos, microagresiones que son comunes en la industria. He tenido actores blancos que se quejan de que no hay tantos roles para ellos debido al reparto de ‘diversidad’ cuando sus oportunidades aún superan significativamente a los actores de color. Muchas veces tuve que peinarme en una sesión profesional porque los estilistas no saben cómo peinar y cuidar adecuadamente el cabello con textura. Esa es una experiencia que mis contrapartes blancas nunca tendrían porque su cabello se considera 'la norma', mientras que el mío se considera especializado. Eso es inaceptable”.
Tras el caso Floyd, las diferentes plataformas de contenido comenzaron un revisionismo del pasado desde una perspectiva actual: HBO Max decidió retirar temporalmente de su catálogo la película “Lo que el viento se llevó”, por propagar contenido racista, mientras que Netflix eliminó “Little Britain” por presentar sketches con blackface y ABC quitó de su programación a “Roseanne”, tras un tweet racista de su protagonista Roseanne Barr -que luego eliminó-.
“Hay personajes llenos de estereotipos. Los afroamericanos a menudo todavía son considerados criminales o nefastos. Las mujeres negras a menudo son hipersexualizadas. Los afroamericanos deberían ser capaces de interpretar todo tipo de personajes. Simplemente no queremos ser definidos sólo por las ideas limitadas de otra persona sobre quiénes somos”, cuenta Joi.
En este sentido, en estos últimos días se informaron los despidos de actores como Hartley Sawyer (“The Flash”) o Craig Gore (“La ley y el orden”), como también en las cancelaciones de series como “Cops”, luego de 32 temporadas.Así, esta situación repercute directamente en todos los programas de policías, los cuales se ven obligados a reinventarse y repensar su contenido.
En un artículo de USA Today, la periodista Kelly Lawler argumenta: “Cuando hablamos de representación en películas y televisión, a menudo señalamos las voces y los rostros que faltan. Pero también tenemos que mirar las voces y los rostros que están sobrerrepresentados. Con demasiada frecuencia, la policía es faro de moralidad que nunca hace nada malo. Con demasiada frecuencia, los delincuentes son personas de color, especialmente hombres negros. Con demasiada frecuencia, las víctimas son olvidables y las leyes son opcionales cuando lleva una insignia y un arma”.
Mientras tanto, desde series como “Brooklyn 99” condenaron el crimen de George Floyd en redes sociales, y decidieron donar $100,000 al Fondo Nacional de Fianzas, para ayudar a los manifestantes que fueron arrestados en las protestas. Además, en la historia abarcan el constante racismo que deben enfrentar personajes como Terry Jeffords (Terry Crews) o Raymond Holt (Andre Braugher) dentro del cuerpo policial.
A su vez, plataformas como HBO, Amazon, YouTube publicaron comunicados en rechazo al racismo; Netflix también se sumó a la iniciativa, y además creó la categoría “Black Lives Matter”, donde reúne más de 50 títulos -series, películas y documentales- sobre el reclamo contra violencia.
¿Se trata de un cambio permanente? “Hay un poco más de variedad en la representación de los personajes negros, y creo que mucho de esto es el resultado de la presión de los espectadores afroamericanos. Programas como ‘Black-ish’, ‘All American’, ‘Insecure’, ‘Queen Sugar’, ‘Blood & Water’, ‘Snowfall’ y ‘Pose’ exploran aspectos muy diferentes de la experiencia Black a través de una narración reflexiva y matizada. Es genial verlo, pero aún queda mucho terreno por recorrer”, analiza Joi.
¿Qué pasa en Argentina?
Como vemos, el caso “Así nos ven” marcó un antes y un después en la historia de Estados Unidos, y la serie logró cambiar la “conversación cultural” para DuVernay. Tal es así que fue definido por el alcalde Ed Koch como el “crimen del siglo”. Sin embargo, donde no se encuentran los medios, la violencia racial ocurre todos los días para la comunidad afro, aunque no solo en Estados Unidos.
Ali Delgado es activista argentino, forma parte de “Agrupación Xango”, se está por recibir de abogado y cuenta que nunca pudo ver “Así nos ven”: “La empecé a ver, la quise ver, aliades antirracistas me la recomendaron, pero me hacía muy mal. A veces no se dan cuenta el coste que tienen para nosotres. Es muy doloroso ver el racismo en la televisión, porque es algo que sufrís todo el tiempo, aunque también aprendemos de esas cosas”, revela.
Una de las particularidades que tuvo el crimen de Floyd fue su viralización por redes sociales; justamente, Delgado se enteró por ahí de lo que había pasado: “No pude ver el video, nunca. Me angustiaba muchísimo las imágenes. Que se haya difundido, más allá de que nos generen a les afro angustia, desesperación, tristeza, entendemos o al menos yo entiendo desde mi lugar, y muchos compas también, que es necesario que se vea”.
"Fue doloroso para mi vida crecer con esa televisión donde no existimos", confesó el activista.
Sin embargo, cuenta que no hace falta ir a Estados Unidos para entender el racismo. En Argentina, según informó en 2018 la Correpi, cada 22 horas en Argentina es asesinada una persona a manos de las policías y servicios penitenciarios. “Acá tenemos menos acceso a la salud, a trabajos, menos garantía de derechos básicos, estamos en cárceles, en situaciones precarias; aparte del racismo estructural vivimos cuestiones de racismo cotidiano, como que nos insulten, por nuestro color de piel, y nos digan cosas que nos hacen mal todos los días”.
En cuanto a la representación de esta realidad la televisión Argentina, el activista confiesa que le “cuesta mucho pensar a personas afro en lugares”. En este sentido, destaca el “tokenismo” -inclusión simbólica, concesiones a grupos minoritarios para evitar acusaciones de prejuicio y discriminación y dar imagen de igualdad-: “Vive la tokenización. Lo que sigue pasando es que ponen a los personajes para ridiculizarlos, estereotiparlos, hipersexualizarlos, fetichizarlos. Se me ocurre un compañero en ‘Okupas’, ‘El Marginal’, una bailarina de (Marcelo) Tinelli, son contadas con los dedos de la mano. No es culpa de ellos, son personas que tienen que trabajar, pero fue doloroso para mi vida crecer con esa televisión donde no existimos. Las personas racializadas son médicos, abogados, doctores, biólogos, kioskero, puede ser cualquier cosa, está bien que se marque la realidad compleja y difícil para nosotros pero también hacemos esas cosas”, opina.
Es por eso que, para él, frente a la indignación en redes, es necesario tomar medidas concretas: “No se habla de racismo, es importante difundir, informarse, empezar a pensar con perspectiva étnico racial y entender lo que es el racismo para modificar las estructuras racistas de la sociedad y las instituciones. Si no se piensa de manera integral no se va a poder solucionar nada”. Justamente, desde Xango crearon una guía para docentes con personas importantes de la historia argentina afrodescendientes, como también juntaron donaciones en la pandemia: “Por lo de lo de Floyd muchísima más gente se solidarizó, aunque no sabemos cuánto va a durar esto”, indica.
Sobre “Así nos ven”, DuVernay evaluó: “Espero que cuando la gente los entienda a ellos entienda el sistema”, a lo que Yusef Salaam, uno de los exonerados, completa: “Ahora el mundo no solo tiene la oportunidad de ver lo que vivimos. También de ver que sobrevivimos. Los jóvenes, las futuras generaciones realmente cambiarán este sistema. Eso me da esperanzas".
Desde los cinco encarcelados injustamente en Central Park y la creación de la serie, la lucha por “BlackLivesMatter” llega al mundo de Hollywood. Sin embargo, es un camino progresivo, que implica más allá de compartir un hashtag en redes o las producciones estadounidenses, sino también conocer y analizar lo que pasa a la vuelta de la esquina y la televisión con la que crecemos en Argentina.