El incansable tiki-taka con el que todos nos hemos lastimado alguna vez, consistía en dos pelotitas sostenidas por un grueso hilo y unidas en el medio por un pequeño aro.

El juego consistía en golpear las pelotas el máximo tiempo posible, hasta lograr que choquen mientras giraban (y sobrevivir a ello).

Como los Rustys, pero dentados, los Dakis eran capaces de unirse desde cualquier parte, siempre y cuando encajen sus espacios.

Amados por los niños como un bloque masticable, eran la pesadilla de toda persona que se cruzara con ellos descalza.

El inolvidable Yo-yo llegó a su máximo reconocimiento en los '90 con el famoso canal infantil Magic. Este disco brilloso de plástico envuelto por un cordón era la perdición de todos en el recreo de la escuela.

Con el cordón anudado al dedo, la idea era subir y bajar el disco a antojo, creando figuras y novedosas formas de hacerlo regresar. 

Sin embargo, el yo-yo infaltablemente mandaba al frente al que no resultaba muy habilidoso con sus manos. 

Las había de cientos de tamaños: pequeñas, muy pequeñas, medianas, grandes y súper grandes. Opacas, transparentes, con miles de diseños hipnotizantes, las bolitas eran la causa principal de las peleas en los recreos.

Jugar a las bolitas implicaba todo un rito: elegir la superficie, delinear la cancha y establecer el orden de los jugadores. Con el llamado "bolón" insertado en un hoyo, se intentaba llegar hasta allí y "quemar" a las bolitas de los contrincantes.

El máximo ganador se llevaba un botín por el que los perdedores juraban vengarse.

La empresa japonesa dedicada al entretenimiento tuvo su historia con los juegos de arcade, pero su fama se consolidó en las décadas del '80 y '90 con la consola de videojuegos que reunió a familias enteras frente al televisor.

EarthWorm Jim, Comix Zone, International SuperStar Soccer Deluxe, NBA Jam Yournament Edition y Sonic the Hedgehog son sólo algunos de los videojuegos más reconocidos de la famosa SEGA.

¿Te acordás cuál era tu favorito?

Uno de los mejores juegos de mesa de la historia: el Ludomatic. Con incontables variaciones de tablero, los más modernos incluían una cápsula con dados en su interior y fichas que encajaban en pequeños tubos, ideal para evitar las trampas.

El objetivo era simple: que las 4 fichas den la vuelta entera al tablero, sin ser atrapados por los contrincantes. 

A pesar de que "el Ludo", era capaz de reunir a toda la familia alrededor de la mesa, también solía generar las más calurosas peleas.

Con un poco más de tecnología, el 3D Pinball llegó para entretener nuestras tardes de pre-Internet.

Los juegos que brindaba Windows, como el Solitario y el Buscaminas, eran la mejor forma de pasar el tiempo cuando la única computadora en casa se liberaba.

Obsesionados con lograr cambiar de color los resortes azules, pasábamos de nivel con la felicidad de haber realizado una gran hazaña.