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18 de Febrero de 2018
La siesta ayuda a mejorar cualquier tarea que suponga recordar listas de palabras o de objetos. El sueño facilita el almacenamiento de la memoria a corto plazo y deja espacio para nuevos datos.
Las personas que duermen la siesta rinden más por las tardes y aumentan en un 10% su capacidad de aprendizaje. El sueño permite afrontar nuevos conocimientos y fijar los ya adquiridos.
La siesta disminuye el estrés y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. La falta de sueño incrementa el cortisol, y un exceso de esta hormona aumenta la intolerancia a la glucosa y a la grasa, debilita el sistema muscular e inmunológico y disminuye los niveles de la hormona del crecimiento.
La siesta aumenta la creatividad o, al menos, estimula la actividad de la zona del cerebro (el hemisferio derecho) que se asocia con esta capacidad.
La serotonina es un neurotransmisor que regula el sueño, el apetito y el estado de ánimo. Al dormir, el cerebro se inunda de serotonina, lo que nos proporciona una sensación de satisfacción y bienestar.