Una de las historias que nos contaban de chicos para que nos portáramos bien incluía al temible "hombre de la bolsa".

Nuestros padres, o simplemente un mayor, nos asustaban con la figura de este señor de unos 50 años, encorvado y siempre con una bolsa en su espalda.

Vestido de ropa oscura, imposible de divisar, vendría a llevarnos en su bolsa si no nos portábamos bien. 

La leyenda de este horroroso ser tiene un origen real: en 1995, Puerto Rico descubría a su ganado muerto de forma misteriosa. Sin sangre en su organismo, las víctimas del chupacabras lucían pequeñas heridas punzantes en su garganta.

El nombre del chupacabras hace honor al favoritismo de esta bestia por la sangre de las cabras, aunque también, se decía, atacaba ovejas y hasta perros.

Aunque nunca se adjudicó un ataque del chupacabras a seres humanos, este mito urbano nos asustaba por su desconocido origen, tal vez extraterrestre, tal vez reptil o tal vez coyote con sarna, siempre dispuesto a atacarnos si nos portábamos mal.

"Te van a llevar los duendes" solía decirnos mamá cuando nos negábamos a hacer lo que nos pedía. ¿Te imaginás si de verdad nos hubiesen llevado?

Cuenta la leyenda que estos hombres en miniatura con grandes sombreros y vestidos de colores, engañaban a los niños con juguetes y caramelos para llevárselos de sus casas. Si se negaban, se los llevaban igual, aunque griten o lloren.

Los duendes también son conocidos por esconder objetos o cambiarlos de lugar. Allí, nuestra única salvadora sería mamá, que siempre encontraba todo. Moraleja: hacerle caso a ella, la heroína que luchaba contra  los duendes.

Mirar abajo de nuestras camas y chequear que no hubiese nada maligno debajo de ella, era parte de nuestra rutina diaria. Si bien la historia de "El loco" no es tan conocida entre los niños, definitivamente es la más aterradoras de todas.

Se decía que "El loco" era un hombre que se refugiaba debajo de las camas de los niños. Una vez que encontró que un perro ocupaba su lugar, lo mató para poder quedarse allí, siguiendo las costumbres que éste tenía con su dueña.

Por eso, nuestros mayores siempre nos recomendaban mirar debajo de nuestras camas y, como siempre, ser buenos niños.

El Coco en Estados Unidos o el Cuco en Argentina asusta a niños desde tiempos inmemoriales.

Con una canción propia, que amenazaba con comer vivos a los chicos que no se dormían a horario, la leyenda del Cuco es una de las historias preferidas para disciplinar a los más jóvenes de la casa.

Cuenta la leyenda que al Coco le gusta esconderse en los armarios, cajones o debajo de la cama de los chicos que se portan mal.