"Cuando en Córdoba recién se organizaba la primera Marcha del Orgullo, en el año 2009 a mí me invitan. En eso, uno de los chicos, que había entrado a Historia en la Universidad y tendría alrededor de 18 años, me dice: '¿Qué es eso del mito urbano de que a los putos los ponían presos?'
Yo me quedé como 'este no sabe nada', pero en realidad me di cuenta de que el problema era nuestro, porque nos teníamos que hacer cargo de que si no hablábamos de eso iba a ser un mito urbano", introdujo a Filo.news el director de cine Daniel Tortosa, detenido en 1980 en el ex centro de detención D2 de Córdoba, actual Museo Provincial de la Memoria.
Hoy, 24 de marzo, pasaron 45 años desde el golpe cívico eclesiástico militar de 1976 y, como todos los años, pedimos memoria, verdad y justicia por les desaparecides y detenides en dictadura. Durante estos años, la activista trans y sobreviviente del Batallón 121, Ivanna Aguilera, pide visibilización y justicia por les 30.400, un número que es símbolo de lucha por les desaparecides LGBTIQ+, durante mucho tiempo borrades de la historia.
30.400 detenides desaparecides presentes
"Siempre se nos dice que les 400 compañeres que nosotres nombramos están dentro de los 30 mil. Obviamente, el 400 es un símbolo", explicó Aguilera y continuó: "Pero sí son 400 compañeres que estuvieron nombrados. Esto en los registros de la CONADEP no se visibilizó por presiones de las alas católicas de diferentes grupos".
El número 400 apareció mencionado por primera vez en el libro del militante LGBT+ Carlos Jáuregui, La homosexualidad en Argentina (1987). "El dato estadístico no es oficial, no figura en el informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas Nunca Más, pero uno de los integrantes responsables de la CONADEP afirma la existencia de, por lo menos, 400 homosexuales integrando la lista del horror", escribió Jaúregui. El término "homosexuales" en ese momento englobaba a identidades diversas dentro de la población LGBT.
Más tarde, en 1996 en un artículo en Revista Nx, el activista brindó más información: "El fallecido rabino Marshall Meyer , miembro integrante de la CONADEP (Comisión Nacional para la Desaparición de Personas), creada durante el gobierno radical, expresó en 1985 a quien esto firma, que la Comisión había detectado en su nómina de diez mil personas denunciadas como desaparecidas, a cuatrocientos homosexuales. No habían desaparecido por esa condición, pero el tratamiento recibido, afirmaba el rabino, había sido especialmente sádico y violento, como el de los detenidos judíos".
Las detenciones
"La política que llevada el Estado para con la población LGBTIQ+ era terrorífica, de exterminio, de golpizas continuas, de llevarte detenide a donde te encontraran, incluso privarte del más mínimo derecho que es, por ejemplo, no inscribirte en un libro de entradas cuando vos eras detenide. Por eso tenemos tantos compañeres detenides que no figuran en los libros o en las entradas policiales. En el caso mío, de 60 detenciones hay registradas solamente 5", explicó Aguilera.
Ivanna Aguilera tiene 63 años, es activista trans y oriunda de Santa Fe. Actualmente está al frente del área Trans, Travesti y No binarie en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba y forma parte de Flores Diversas, una organización que acompaña a mujeres trans y travestis en estado crítico de salud. Además, es sobreviviente de las detenciones durante la última dictadura en el Batallón 121 (Batallón de Comunicaciones de Comando 121), un ex centro clandestino de detención con asiento en Rosario, y querellante en la causa FECED III, la cual representa una reparación histórica ya que en ella se juzgaron delitos de violaciones sexuales en el marco de los demás delitos de lesa humanidad.
La primera vez que fue detenida, junto a otras compañeras, fue en mayo de 1976 y tenía 13 años. Estuvo 72 horas presa. "Nuestra sexualidad, expresión e identidad de género era lo político por lo cual se nos secuestraba y se nos torturaba", explicó la activista que más adelante fue detenida en varias ocasiones.
"Más allá de las golpizas y picaneadas que recibíamos, que te secuestraran y demás, también éramos utilizadas como una carne sexual. Porque además de todo eso, nos paseaban o nos llevaban para tener violaciones grupales. Te lo hacían porque encima pensaban que te lo merecías o consideraban que te gustaba. La violación es una forma de querer corregirte. A nosotras se nos quebraba desde la multitud porque nos tiraban a una jauría y ese era el correctivo", describió Aguilera y agregó: "Además nos ponían a veces con los presos comunes. Entonces sufríamos otra violencia más".
En cuanto a la historia de la persecución a la diversidad sexual, distintes referentes señalan que inició en los años '30 bajo el gobierno de facto de José Félix Uriburu. "Esto siguió durante la dictadura y tuvimos la gran represión, que no terminó en los años que siguieron. El advenimiento de la democracia trajo más persecución, más encarcelamiento, más torturas y más falta de derechos", agregó la activista.
En democracia
"Más que una salida electoral, es una entrada a la vida", fue el slogan del ex presidente Raúl Alfonsín en la campaña electoral de 1983, pero ese axioma no fue para todes: las razias, las persecuciones, la violencia institucional y los edictos policiales continuaron presentes, afectando, principalmente, a la población LGBT+ y, dentro de esta, a las trans y travestis.
Daniel Tortosa es el director de la película Los Maricones (2016), un documental que muestra los testimonios de distintes sobrevivientes a detenciones en el Departamento de Informaciones (D2) de Córdoba en dictadura y en democracia, empezando por su propio relato.
Corría el año 1980 y Tortosa estaba junto a un amigo alrededor de las 7 de la tarde en la calle, en un lugar de encuentro para los homosexuales. En eso, dos oficiales se acercaron: "¿Qué están haciendo acá?". Acto seguido, mostraron su arma y placa y se los llevaron.
"Ah, jaja, ¡mirá, traen a los maricones estos!", exclamaron cuando los vieron llegar. "Apenas entramos nos hicieron poner para abajo y nos hacen sentar en un banco y nos vendaron. Eso me dio mucha impresión porque la venda había sido usada. Tenía como transpiración, estaba húmeda, era espantoso", describe Tortosa al inicio del documental.
A continuación se suceden las historias de Nadiha, Eugenio, Vanessa, Agostina, Marcia y Romina. "Nos cagaban a gomazos, y nos cagaban a patadas, obvio. Y la que se hacía la rebelde, te esposaban de pies y manos y patadas por todos lados. Y mojadas, obviamente, para que no se noten los golpes", dice en su relato Nadiha. "Treinta días de terror", cuenta, por otra parte, Eugenio, y agrega: "Haciendo tus necesidades en una bolsa y tirándolas por una rejita para afuera. Esto en los '90, no estoy hablando de los '70".
Romina, en tanto, relata parte de su historia. "No me lo olvido más, Fructuoso Rivera y Bolívar, barrio Güemes (Córdoba). A media cuadra vive una amiga que se llama Patricia. Como para tomar un riesgo quisimos caminar hasta la esquina, para demostrar que estábamos lindas y qué sé yo. Y me agarró justo el patrullero distraída y fui a parar detenida. Como era menor no me podía detener, pero igualmente yo, al tener 11 años, y no tener ni idea de lo que era mi situación legal de ese momento, imaginate que me cachetearon, me pegaron, me pusieron en un calabozo cuando no tenía que estarlo".
Vanesa Lorena Ledesma
Vanessa Lorena Ledesma, fue una compañera detenida el 11 de febrero del 2000 en Córdoba que murió cinco días después bajo custodia policial. Un informe atribuyó su muerte a un "paro cardíaco". No obstante, los resultados de la autopsia indicaban que su cuerpo mostraba señales de tortura, incluidas hematomas graves.
"Este fue un caso que conmovió en plena democracia y donde una compañera, Vanessa Pidrabuena [que aparece en el documental], lo empezó a visualizar de una manera muy fuerte y de esa forma la muerte de Vanesa Ledesma es hasta el día de hoy un caso testigo para Amnistía Internacional sobre las violaciones a las personas trans y travestis en la República Argentina", explicó Ivanna Aguilera.
Hoy: lo que hace falta
Al ser consultada sobre cómo ve el trato del Estado para con la población LGBTIQ+ en la actualidad, Aguilera respondió: "Todavía nos siguen matando". "El hecho de que no te lleven más detenida —agregó— no significa que vos no sigas careciendo de derechos y que el Estado siga violentándote, asesinándote y quitándote tu vida: cuando no tenemos acceso al trabajo, cuando la expectativa de vida en el 2021 de una persona trans es de 38 años. El genocidio a la población LGBTIQ viró pero sigue estando".
En este sentido, indicó que las travestis y trans continúan sin tener garantizado un derecho básico: tener y poder elegir un trabajo. "Lo que nosotras, nosotros y nosotres necesitamos son políticas de inclusión verdaderas y transparentes. Necesitamos una Ley de Inclusión Laboral".
En este 24 marzo y a 45 años del golpe, Aguilera concluyó: "Lo que queremos, pretendemos y deseamos es poder desde nosotres recuperar la memoria de les compañeres LGBTIQ+ desaparecides durante la última dictadura militar. La memoria debe ser para todes, la Justicia debe ser para todes y la verdad también debe ser para todes. ¡EXISTIMOS y resistimos!".