Los periodistas que asistieron a la conferencia de Chiqui Tapia se enteraron en el momento que no podrían preguntar. Fue un monólogo breve del presidente de la AFA. "Los que nos tratan de ignorantes, nos subestiman", lanzó la primera piedra. El papelón, que alcanzó dimensiones diplomáticas y políticas, y que en realidad tiene su raíz en aspectos económicos, fue asumido íntegramente por el propio Tapia: "Mi responsabilidad es bregar por la integridad y la seguridad de todo el plantel".
La explicación de Tapia esta mañana fue breve. La suspensión del amistoso que las selecciones de la Argentina e Israel debían jugar el sábado en Jerusalén alteró muchos planes. "Hicimos un aporte a la paz mundial", analizó el presidente de la AFA desde Barcelona donde la selección se quedará hasta el sábado, antes de viajar directamente a Rusia.
La Argentina perdió mucho más que miles de dólares por este plantón a último momento. Demasiado, para tratarse de una decisión tardía para un problema que pudo haberse evitado. Un golpe de timón que llega tarde: la AFA se metió sola en la boca del lobo a una semana del Mundial. ¿Tapia desconocía la dimensión del conflicto entre Israel y palestinos cuando selló junto al embajador Ilan Sztulman en Buenos Aires la participación en los festejos por el 70° aniversario de la creación del Estado de Israel? Palestina considera a Jerusalén Oriental como "territorio ocupado" por Israel y allí se iba a jugar el partido del sábado.
La imagen de militantes palestinos prendiendo fuego la bandera argentina fue la señal visible para los futbolistas. Después de la práctica de ayer mucho se miraron y se encendieron las primeras alarmas. Por cuestiones deportivas, en la intimidad del plantel, el viaje a Israel era más que un dolor de cabeza: el equipo perdió la posibilidad de disputar un amistoso, pero ganó en paz interior. La incomodidad deportiva de este disparate se trasladó a los escritorios.