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Estudiantes de Río Cuarto se quedó con el segundo puesto para el ascenso

El conjunto cordobés ganó 2-0 la ida y empató 1 a 1 en la vuelta.

Estudiantes de Río Cuarto se quedó con el segundo puesto para el ascenso

Estudiantes de Río Cuarto hizo historia en el Coliseo del Golfo y selló su ascenso a la Primera División después de empatar 1-1 con Deportivo Madryn y cerrar la serie con un global de 3-1. En un partido cargado de tensión, polémicas y un clima que desbordó por momentos, el León del Imperio coronó una campaña sólida y regresó a la máxima categoría por primera vez en su historia, mientras que el Aurinegro dejó todo pero no pudo sostener la ilusión en casa.

El arranque tuvo a Estudiantes presionando alto y a Madryn apostando por pelotas largas, pero la primera bomba del partido llegó a los nueve minutos: Nazareno Solís cayó en el área tras un cruce con Gonzalo Maffini y todo el estadio pidió penal, pero Facundo Tello dejó seguir. El local sintió la frustración y la visita aprovechó para tomar el control: Ferreira exigió dos veces a Bonín, que sostuvo al Aurinegro con atajadas clave en un tramo donde Estudiantes parecía listo para abrir el marcador. Crego respondió con la ocasión más clara de Madryn pero no logró direccionar su cabezazo, y el primer tiempo terminó con el León imponiendo juego y ritmo.

El complemento arrancó con vértigo de los dos lados. Crego tuvo otra clarísima para Madryn, pero Olivera se lució para evitar el 1-0. El grito finalmente llegó a los 65 minutos: una tijera espectacular de Luis Silba encendió al estadio y reavivó el sueño del ascenso. El impulso duró hasta que, de manera insólita, la pirotecnia arrojada desde la tribuna local cubrió la cancha de humo y obligó a detener el partido, un episodio que reflejó la tensión con la que se vivía cada minuto de la final.

Estudiantes reaccionó a tiempo y la serie terminó de romperse con los cambios de Iván Delfino. Fontana tuvo un mano a mano increíble que desperdició, pero a falta de cinco minutos apareció Agustín Morales —uno de los recién ingresados— para clavar el 1-1 que liquidó todo. La expulsión de Recalde había dejado al local con diez y Madryn, empujado por la desesperación, ya no tenía resto para forzar la hazaña. El empate fue un mazazo emocional: el León del Imperio lo celebró como un ascenso y el Aurinegro lo sintió como una sentencia.

El final fue caótico: disturbios en la tribuna local, intervención policial y un cierre anticipado después de que los seis minutos adicionados no pudieran jugarse. Mientras Madryn intentaba calmar a sus hinchas, Estudiantes se fue rápido al vestuario para resguardarse y empezar a caer en la cuenta de lo que acababa de lograr. En Chubut quedó la bronca de lo que no se dio; en Río Cuarto, la fiesta de un ascenso histórico que cambia para siempre la vida del club.

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