La Corte Suprema dejó sin posibilidad de apelación la sentencia de 16 años de prisión que pesaba contra Ricardo Gabriel Ayala, ex agente de la extinta Policía Metropolitana, por el violento ataque contra Lucas Cabello, ocurrido el 9 de noviembre de 2015 en el barrio de La Boca.
El hecho quedó registrado cuando Cabello, de 20 años, salía de su domicilio en Martín Rodríguez 500 para comprar comida y fue increpado por Ayala. Según declaró la víctima, tras una discusión el agente le disparó tres veces: una en el cuello, otra en la ingle y una tercera en la pierna. Uno de los impactos le produjo lesiones medulares que lo dejaron cuadripléjico.
El proceso judicial comenzó en diciembre de 2019 cuando el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 lo condenó por “tentativa de homicidio agravada por abuso de la función policial y por el uso de arma de fuego”. En 2022 la Sala II de la Cámara Nacional de Casación Penal confirmó la condena. Finalmente, la Corte Suprema rechazó el recurso de la defensa por cuestiones formales y ratificó la sentencia, ordenando la detención inmediata de Ayala.
La decisión adquiere un fuerte valor simbólico en materia de violencia institucional: la más alta instancia judicial del país da por concluido un proceso emblemático de gatillo fácil. Cabello declaró que “es un día muy importante” para él, su familia y quienes lucharon a su lado.
Tras el fallo, se espera la inminente detención del oficial, quien estuvo en libertad todo este tiempo a pesar de los reclamos de Lucas y su familia. Para el joven Cabello, esta medida abre una nueva etapa de búsqueda de reparación aunque las secuelas físicas y emocionales persisten irreversibles.