El presidente de EEUU, Donald Trump, volvió a encender la polémica internacional con una publicación que compartió en su red Truth Social con un video que afirmaba que Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, planeaba romper con la Unión Europea (UE) para sellar un acuerdo comercial bilateral con Estados Unidos.
El video, publicado originalmente por Lynne Patton —una activista cercana al movimiento Make America Great Again (MAGA)— también aseguraba que Meloni le habría comunicado a Trump su intención de suspender el envío de ayuda militar italiana a Ucrania.
“Giorgia Meloni desafía a la UE y busca un acuerdo directo con Trump. Bien hecho, Meloni. Una movida brillante”, se leía en el texto que acompañaba el video republicado por el exmandatario, que generó un inmediato temblor en la política italiana.
Horas más tarde, desde el Palacio Chigi —sede del gobierno italiano— salieron a desmentir la versión. “Como es sabido, las negociaciones comerciales son competencia exclusiva de la Unión Europea”, señalaron fuentes oficiales citadas por la prensa local.
Aun así, el Gobierno italiano admitió que existen conversaciones con Washington por los derechos antidumping que el Departamento de Comercio estadounidense analiza imponer sobre productores italianos de pasta. “Se trata de un tema específico sobre el cual Italia dialoga en coordinación con la Comisión Europea”, explicaron.
El viceprimer ministro y canciller, Antonio Tajani, también buscó bajar el tono a la polémica: “Siempre trabajamos con la Unión Europea y, gracias a Italia, se han logrado avances. Pero, por supuesto, mantenemos contacto con Estados Unidos”, reconoció.
El nuevo frente comercial
El trasfondo económico de la disputa no es menor, ya que el gobierno de Trump aplicó un arancel del 15% a la Unión Europea, que ya afectaba a varios productos italianos, incluida la pasta. Pero ahora el Departamento de Comercio estadounidense investiga supuestas prácticas de dumping que podrían elevar el impuesto hasta un 91,74% para marcas como La Molisana y Garofalo.
El posible incremento encendió las alarmas en Roma y Bruselas. Si la medida se concreta, todos los exportadores italianos del sector quedarían alcanzados. Solo aquellas empresas con plantas en territorio estadounidense, como Barilla, podrían amortiguar el golpe.
Durante años, Estados Unidos abrió investigaciones similares a pedido de productores locales, aunque los aumentos resultantes nunca superaron el 1%. Esta vez, el margen hallado por la administración norteamericana es mucho más alto, y amenaza con escalar una nueva tensión comercial transatlántica.