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El último adiós a Thiago Correa, el niño baleado por un policía en La Matanza

Con acompañamiento de los vecinos, el cortejo fúnebre pasó por el colegio y la institución deportiva a la que el joven de siete años asistía.

El último adiós a Thiago Correa, el niño baleado por un policía en La Matanza

El pasado domingo se inició el cortejo fúnebre con el cual el niño de siete años, Thiago Correa, que murió tras recibir un disparo en la cabeza durante un tiroteo entre un policía de la Federal y delincuentes, comenzó a ser despedido. Y, finalmente, en la mañana del lunes, el recorrido finalizó en el cementerio de González Catán, donde se realizó el último adiós.

El auto que lo transportaba arrancó a las 17 horas del domingo en la cochería Dauria, ubicada en la localidad de San Justo, La Matanza, y pasó por el Colegio Santa Rosa y por el Club Unidos de La Tablada, instituciones en las que Thiago estudió y jugó al fútbol.

Durante el paso del cortejo por la institución deportiva, vecinos y allegados de la familia esperaron el cortejo con globos blancos, que soltaron en el momento en que pasó el vehículo con el ataúd.

Desde el lugar y ante los medios, Fabián, el padre de Thiago, pidió "que se haga justicia y esto no pase nunca más" y, posteriormente, la madre agradeció el acompañamiento de la gente: "Hermoso, porque Thiago siempre fue muy querido por todos. Lo demostraron anoche en el velorio, en el colegio, acá, se ve".

Thiago tenía siete años, estudiaba en el Colegio Parroquial Santa Rosa de La Tablada y jugaba al fútbol en la categoría 2017 del club Defensores Unidos de Tablada y su trágica muerte ocurrió después de que su padre lo pase a buscar por ahí para llevarlo a su casa, donde estuvieron algunas horas y, finalmente, en el camino hacia la parada del colectivo, los sorprendió un tiroteo en el que el efectivo de la Policía Federal, Facundo Daniel Aguilar Fajardo (21), vestido de civil durante el hecho, disparó contra cuatro delincuentes que lo asaltaron a él y a su madre.

Las cámaras de seguridad captaron como el oficial tomó su arma reglamentaria y efectuó 11 disparos en nueve segundos, de los cuales hirió al niño en su cabeza. Además, uno de los asaltantes, que recibió seis tiros, murió en el lugar, otros dos resultaron heridos y el restante escapó.