El fútbol femenino mundial tiene un nuevo hito que lleva la firma de Naomi Girma: la defensora, de 24 años, se convirtió en la jugadora más cara de la historia tras sellar su pase a Chelsea, de Inglaterra, por 1,1 millones de dólares según informaron medios británicos.

"Es genial para mí jugar en Estados Unidos y ahora en el extranjero. Esto demuestra a las jóvenes que también se puede hacer esto. No importa si no tienes un entorno tradicional o de dónde vienes, puedes seguir tus sueños y perseguir tus pasiones", afirmó la considerada mejor defensora del mundo, en declaraciones al sitio oficial del club inglés.

Nacida en San José, California (Estados Unidos), con padres inmigrantes de Etiopía, la joven comenzó a jugar en su ciudad natal, en la liga comunitaria "Maleda" que había fundado su papá para aquellas personas originarias de su país que vivían allí. Luego, pasó por varios equipos juveniles hasta comenzar su carrera universitaria en Stanford, en 2018.

Mientras se graduaba en Sistemas Simbólicos, empezó a brillar en el equipo de la Universidad (Stanford Cardinal) y, en 2022, se unió a San Diego Wave tras ser elegida en el draft. En su primera temporada como futbolista profesional, fue nombrada "Novata del Año" y "Defensora del Año" de la National Women's Soccer League (NWSL), y este último galardón lo repitió al año siguiente.

Además, comenzó a ser convocada a la Selección de Estados Unidos, una de las más destacadas de todos los tiempos, y fue una figura clave del equipo en la conquista de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde jugó todos los minutos.

De esta manera, la buena de Girma puso su nombre en lo más alto de la lista de fichajes históricos del fútbol femenino, superando el récord de aproximadamente 860.000 dólares que Bay FC había pagado por la delantera zambiana Racheal Kundananji, en febrero de 2024.