La Legislatura porteña aprobó en una sesión maratónica la reforma del Código Urbanístico, que prevé restricciones a las construcciones, por altura, diseño y capacidad de la infraestructura. En esa misma sesión, se dio luz verde al Presupuesto 2025, la ampliación del boleto estudiantil y la reparación vitalicia para familiares y sobrevivientes de Cromañón. Sin embargo, se rechazó Ficha Limpia, en consonacia con la votación nacional.
El proyecto obtuvo 31 votos positivos del bloque de Vamos por Más, de Confianza Pública, la UCR, el Socialismo, Republicanos Unidos y un sector de la bancada libertaria que responde a Ramiro Marra; 11 en contra del Frente de Izquierda (3), alineados con Patricia Bullrich (3) y los restantes de LLA referenciados en Pilar Ramírez. Los 18 legisladores de Unión por la Patria se abstuvieron.
El nuevo código preservará el carácter de los barrios y regirán en la ciudad más limitaciones a las alturas máximas en barrios residenciales. A su vez, sumará una nueva herramienta que posibilitará a los desarrolladores levantar metros en zonas de alta densidad si invierten en barrios del sur.
El jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, destacó que el criterio que utilizaron en la Ciudad para armar la iniciativa fue "respetar la identidad de cada barrio".
El nuevo Código crea un sistema de incentivos para el desarrollo constructivo de la zona Sur. Así, quienes construyan edificios para viviendas en determinadas áreas de esa parte de la Ciudad verán reconocida esa capacidad constructiva en determinados corredores de la zona Norte.
Además, se promueven áreas de desarrollo prioritario, como Constitución, Flores y Nueva Pompeya, para poder buscar soluciones particulares a problemas específicos.
La nueva normativa amplía los centros libres de cada manzana, porque impulsa espacios más permeables que favorecen la entrada de aire y sol y promueve la calidad ambiental de los barrios.