Jan Broberg: “Contar nuestras historias ayuda a otras personas a saber que no están solas”
La actriz estadounidense dialogó con Filo.news y contó qué significa llevar su caso a la pantalla, qué rol tuvo el arte en su vida, qué mensaje busca transmitir en las redes y más.
Universal+ estrenó "A Friend of the Family: Verdadera Maldad", el documental que cuenta la historia de Jan Broberg, quien fue secuestrada y abusada por Robert “B.” Berchtold en la década del ’70.
Todo comenzó cuando Bob y Mary Ann Broberg -los padres de Jan- conocieron a Berchtold en la Iglesia. De inmediato, forjaron una gran amistad con este hombre que, junto a su esposa y sus hijos, comenzó a visitar con frecuencia su hogar. La confianza de los Broberg en ese amigo era tan grande que, en octubre de 1974, le permitieron llevar a Jan a andar a caballo con él.
Para desconcierto del matrimonio, en esa salida inocente Berchtold secuestró a la pequeña por primera vez y logró cruzar la frontera e instalarse en México, donde mantuvo a Jan cautiva en un motorhome en el que dio inicio al lavado de cerebro de la niña y a episodios de abuso que tardarían años en salir a la luz.
Hoy, a sus 62 años, Broberg es activista y actriz estadounidense, quien a pesar de las adversidades logró realizar un profundo proceso de sanación personal y alcanzó hacerse un lugar en el mundo del cine y las series de Hollywood. Entre sus participaciones más destacadas, se encuentra El demonio en el espejo (2020), Maniac (2012) y Pequeños Secretos (2001).
Desde Filo.news dialogamos con Broberg para conocer qué significa para ella llevar su caso a la pantalla, su trabajo en las redes, qué rol tuvo el arte en su vida y más.
Filo.News: ¿Qué significa para vos presentar este documental?
Jan Broberg: Para mí fue un paso más en mi propia sanación, porque llegué a enfrentarme a mis miedos. Volví a mi antiguo dormitorio, tantas cosas terribles pasaron ahí… pero en esa casa también pasaron muchas cosas maravillosas. Tuve una infancia tan feliz hasta que tenía 12 años, cuando él me secuestró y luego todo cambió. Pero finalmente pude decir “es sólo una habitación”, pude dejar ir el miedo, lo mismo en la autocaravana, en la playa donde había sido estacionada, todos esos lugares se convirtieron en un lugar no de miedo, sino lugares a los que podría ir y simplemente disfrutarlos y ser feliz.
Fue liberar mis miedos, y hace falta valor para enfrentarte a tus miedos. La mayoría de nosotros simplemente huimos y nos escondemos, luego lo reprimimos todo y eso nunca es sano.
No es la primera vez que llevás tu historia a la pantalla. ¿Qué distingue a este documental? ¿qué fue lo más desafiante para vos de realizarlo, cómo te cambió?
Creo que lo más difícil para mí fue reconstruir la historia de mi secuestro; lo que pensábamos que era una amistad con este hombre, su esposa y sus cinco hijos… lo amábamos, eran como nuestros mejores amigos y nunca llegué a despedirme, así que ese documental me ayudó a despedirme de muchas maneras.
Tengo que dejar estos buenos recuerdos y todos estos malos recuerdos en el pasado y decir adiós y no dejarlo estar en mi presente. Así que creo que me ayudó a terminar de encajar las piezas y a desprenderme de partes de mi historia que no podía cambiar. Eso es lo que es el miedo: la idea de que algo que ha ocurrido antes va a volver a ocurrir. Y el problema es que si no sanas de ese trauma, entonces casi siempre aparece de nuevo.
Además del documental, también fuiste productora de una miniserie. ¿Cómo fue tu trabajo con eso?
Se llama también “A Friend of the Family”, es una serie con actores que está tan bien hecha... Siento que es una forma honesta y sincera de contar mi historia. Él era como nuestro mejor amigo y no tenía idea de que iba a hacer esto y eso es típico con la mayoría de las historias de abuso. Es alguien de la familia a quien todo el mundo quiere, se parecen a la gente de tu iglesia, del club o de cualquier otro lugar de la comunidad donde conoces a gente. No parecen extraños, no dan miedo, parecen personas que te quieren y en las que confías.
Después de esos terribles episodios, tuviste una carrera como actriz en Hollywood, ¿qué significa para vos ser actriz? ¿creés que el arte es una forma de sanar?
Absolutamente, al 100%. Cuando volví a casa después del secuestro, hice una obra de teatro ese verano y era el único lugar donde podía llorar, que podía gritar, que podía expresar todas las emociones y sentimientos a través de otro personaje en el escenario. Tenía tanto miedo de hacer lo incorrecto, no podía contar lo que me pasaba porque no quería que los miembros de mi familia salieran heridos. Así que sé que me salvó la vida, casi había decidido que le diría a mi hermana pequeña que ella era la siguiente, pero que también era como yo y que tendría que ir a hacer esta misión.
El teatro, el arte y luego convertirme en actriz y hacer cine y televisión, me ayudó a sanar, contar historias es muy importante para mí porque creo que cuando contamos nuestras historias ayudamos a otras personas a saber que no están solas. Les ayudamos a verse a sí mismos y a encontrar el sentido del humor en los problemas de la vida, o saber que tenemos que encontrar la manera de recuperar la esperanza y la luz y seguir adelante, así que todo esto ha sido muy útil para mí. Me encanta lo que hago y me encanta abogar por los demás.
Los invito a escuchar mi podcast o en mis redes sociales donde trato de dar consejos a la gente y ayudarles a sanar y ayudarles a saber que no están solos, eso es realmente importante.
Para terminar, ¿a quiénes te gustaría que llegue este documental, esta miniserie, estas historias?
Me gustaría que llegara a los dos billones de personas que son abusadas o que sobrevivieron a diferentes abusos en la infancia, adolescencia, juventud. Tengan la edad que tengan, porque podrían tener 60 años, pero eso les ocurrió cuando eran jóvenes. Quiero que todos puedan ver ese documental y saber que no están solos. Las cifras son escandalosas, astronómicas, y quiero que llegue a esas personas.