La Corte Suprema evalúa el impacto ambiental de la exploración offshore en Argentina
La Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) lidera una batalla legal para proteger el ecosistema marino argentino de los efectos devastadores de la exploración y explotación de hidrocarburos en alta mar. ¿Cuáles son los riesgos y qué implicaciones tiene esta lucha para la biodiversidad y el cambio climático?
Los océanos constituyen uno de los pilares fundamentales de la vida en nuestro planeta. Sin embargo, en las últimas décadas, la salud de estos ecosistemas se vio amenazada por una serie de factores, desde la contaminación hasta la sobrepesca y el cambio climático. En este contexto, la protección del medio ambiente marino se convirtió en un tema candente tanto a nivel nacional como internacional.
En Argentina, la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) asume un papel líder en la defensa de los océanos del país. El 19 de febrero de 2024, la organización presentó un recurso de queja ante la Corte Suprema en un caso en el que se debaten los impactos ambientales directos e indirectos de la exploración y explotación hidrocarburífera offshore. El foco de atención se centra en el potencial impacto de esta actividad en la rica biodiversidad marina, especialmente en especies vulnerables como la ballena franca austral.
La medida cautelar busca evitar daños irreversibles al ecosistema marino argentino, protegiendo la biodiversidad y exigiendo estudios ambientales exhaustivos. Cristián Fernández, coordinador del área de Asuntos Legales de FARN, señala: "Nuestro objetivo es evitar un daño permanente al ecosistema marino, asegurando que los estudios ambientales consideren el impacto climático acumulado de esta actividad". La acción se basa en la insuficiencia de líneas de base ambiental en los estudios de impacto ambiental de las empresas petroleras y la contradicción con los compromisos internacionales de Argentina en materia de cambio climático.
Laura Lapalma, especialista en Derecho Ambiental y Tutela Jurídica del Patrimonio Cultural en FARN, destaca los riesgos para las especies marinas, como la ballena franca austral: “La actividad offshore tiene dos grandes riesgos: por un lado, el riesgo de derrame de petróleo y otras sustancias tóxicas; y por el otro, todo el ciclo de exploración y explotación introducen ruidos en el mar (a niveles y frecuencias muy grandes) que tienen efectos negativos en la fauna marina”. “De hecho la prospección sistemática es la actividad de más alta energía acústica en el ambiente marino. Además en el mar, las ondas sonoras se propagan más rápido y a más distancia que en el aire”, agrega.
La especialista advierte que los impactos incluyen “lesiones graves”, deterioro de audición, cambios en el comportamiento y estrés, lo que podría tener consecuencias devastadoras para la biodiversidad marina y el equilibrio ambiental. “Una amplia variedad de organismos marinos utilizan el sonido para diversas funciones biológicas esenciales, como la alimentación, la reproduccion, la socialización, el cuidado y reconocimiento de sus crías, la detección de presas, la orientación, la navegación y la comunicación entre individuos. Para los cetáceos (ballenas, delfines, etc), dependen de la producción y percepción de sonidos para la mayoría de sus funciones vitales”, explica Lapalma.
“Uno de los principales desafíos es conocer información detallada y precisa acerca de dónde se encuentran especies en peligro de extinción como la ballena franca austral y qué comportamiento tienen en el ecosistema marino”, asegura Fernández con preocupación, y añade: “Afortunadamente, gracias a la tarea del Foro para la Conservación del Mar Patagónico y organizaciones como el Instituto de Conservación de Ballenas que hacen un seguimiento de las rutas migratorias de estos mamíferos marinos es posible obtener esa información”. “Ello nos permite conocer cómo la exploración sísmica y la explotación hidrocarburífera en el mar argentino puede impactar de manera directa e indirecta en las ballenas, en sus rutas migratorias, en sus lugares de alimentación y de reproducción”, dice.
Consecuencias ambientales de la destrucción del ecosistema marino
La destrucción del ecosistema marino tendría un impacto devastador en la biodiversidad y el equilibrio ambiental en la región. El riesgo de derrames de petróleo y la producción de sonidos sísmicos pueden desencadenar un deterioro significativo en el hábitat natural de especies emblemáticas del país. “El Mar Argentino alberga zonas de características ecológicas y oceanográficas de particular importancia para la conservación. Éstas son clave para la estructura funcional, ecológica y climática del mar, áreas de alta productividad, y/o esenciales para la migración, reproducción y alimentación de diversas especies”, enfatiza Lapalma.
En este contexto, la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) se presenta como una herramienta crucial para la toma de decisiones sobre la actividad offshore. Fernández explica que “(la EAE) permite dialogar con políticas a largo plazo que vean más allá del horizonte de proyectos particulares”. “También incentiva el análisis de alternativas energéticas, propone analizar impactos acumulativos y viene a dialogar con compromisos internacionales como el Acuerdo de París en materia de clima o el Convenio de protección de la diversidad biológica. Asimismo, nos permite trazar una hoja de ruta para una transición energética justa”, subraya.
Una decisión adversa de la Corte Suprema tendría repercusiones significativas para la protección del medio ambiente marino y los esfuerzos para abordar el cambio climático en Argentina. Fernández advierte que habilitaría la actividad offshore sin el marco legal adecuado, lo que podría conducir a “daños irreparables en los ecosistemas marinos”. Sin embargo, confía “en que la Corte Suprema dictará una sentencia en armonía con la justicia climática y la conservación de la fauna marina”.
En medio de este debate, la sociedad civil y las organizaciones ambientales juegan un papel crucial. Lapalma destaca su rol "en la producción y divulgación de información, la defensa activa del medio ambiente y la participación pública en el proceso judicial". Asegura que la sociedad civil y las ONGs son fundamentales para la conservación y defensa de la fauna marina y la preservación del medio ambiente. Existe una necesidad urgente de repensar las políticas energéticas y adoptar medidas que protejan nuestros océanos para las generaciones futuras.