La Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) celebra este domingo 130 años de servicio a la comunidad. Fundada el 11 de febrero de 1894 por un grupo de inmigrantes judíos, la institución desempeñado un papel crucial en el tejido social argentino, ofreciendo ayuda y soluciones a los grupos más vulnerables desde sus inicios.

"La larga y fructífera trayectoria de AMIA se caracteriza por un fuerte sentido de comunidad y un compromiso inquebrantable con la solidaridad", afirmó su presidente, Amos Linetzky en declaraciones a Télam. Desde sus primeros días, la AMIA se ha dedicado a proporcionar servicios esenciales, como la creación de un cementerio comunitario para permitir a los recién llegados judíos cumplir con las tradiciones funerarias de su cultura milenaria.

Con el tiempo, la AMIA ha expandido su alcance, convirtiéndose en una organización líder en la promoción del bien público y la garantía de derechos. Sus servicios sociales, enfocados en la asistencia alimentaria, de salud, vivienda, educación, y más, son ejemplos de solidaridad en acción.

"Todos los programas que desarrollamos son diseñados desde una perspectiva profesional e interdisciplinaria basada en la promoción y el respeto por los derechos sociales", destacó Linetzky. Además de su labor asistencial, la AMIA también promueve el trabajo a través de su Servicio de Empleo, siendo un referente nacional en intermediación laboral.

Sin embargo, la historia de la AMIA también está marcada por la tragedia. El atentado perpetrado contra su sede el 18 de julio de 1994 dejó 85 personas muertas y sigue siendo una herida abierta en la memoria colectiva argentina. A pesar de los años transcurridos y la falta de justicia, la AMIA continúa siendo un faro de esperanza y un símbolo de resiliencia.

"La decisión de mantener viva la memoria de las víctimas y seguir luchando por justicia sigue firme como el primer día", afirmó Linetzky.