El huracán Idalia atravesó este miércoles la región de Florida, en Estados Unidos, donde millones de residentes habían evacuado o se habían refugiado en previsión de una peligrosa marejada, pero, afortunadamente, la fuerza de la tormenta disminuyó a medida que se adentraba en el estado de Georgia.

A raíz del impacto de Idalia, se registraron daños en casas, calles, negocios y 215 mil hogares quedaron sin servicio eléctrico. El gobernador de Florida, Ron De Santis, le pidió a la comunidad afectada por el huracán Idalia que se mantenga refugiada y evite salir a las calles.

La costa del Golfo de Florida, el sureste de Georgia y partes orientales de Carolina del Norte y Carolina del Sur podrían enfrentar de 10 y 20 centímetros de lluvia hasta el jueves, con áreas aisladas con hasta casi 30, advirtió el centro de huracanes.

Las autoridades de Georgia estaban vigilando el sistema a medida que entraba en el estado. "Estamos a la espera", señaló el director de la Agencia de Gestión de Emergencias del estado, James C. Stallings, en una reunión informativa el miércoles.

Durante la noche, Idalia alcanzó "una intensidad extremadamente peligrosa de categoría 4" en la escala de vientos Saffir-Simpson de cinco escalones en su camino a tocar tierra en Florida el miércoles por la mañana, dijo el Centro Nacional de Huracanes (NHC) en Miami.

Pero a partir de las 7 de la mañana EDT (0900 GMT) se debilitó ligeramente, deslizándose a la categoría 3, con vientos máximos sostenidos de 201 km por hora, ya que se agitó hacia la costa 89 kilómetros al oeste de Cedar Key, Florida. Cualquier tormenta de categoría 3 o superior se considera un huracán de gran intensidad.