Tocando la guitarra, zapando con una guitarra criolla en su casa. Eso es lo que estaba haciendo Sol Bassa en el momento en que se enteró de que estaba nominada a la próxima edición de los Premios Gardel. Tomó su celular, lleno de mensajes y de notificaciones. ‘Viva la música’, escribió en su cuenta de Instagram.

La artista fue nominada en la categoría ‘Mejor álbum artista rock’ por ‘Errores Coleccionables’, junto a dos leyendas de la música como Ciro y Los Persas por ‘Guerras (Un viaje en el tiempo)’ y Fito Páez por ‘La Conquista del Espacio’. El evento será en junio de este año y será transmitido a través de la pantalla de TNT, por Radio Nacional y RAE.

“Cada disco que saca Fito lo escucho, investigo con quien toco y quién es el productor. Estar al lado de músicos con tanta trayectoria es alentador para mi trabajo, es interesante lo pluri-generacional de la terna y cómo la industria fonográfica se está transformando”, opina, en diálogo para este medio.

Para ella la nominación es el resultado del trabajo colectivo y de capacitación en diferentes ramas de la creación del álbum, producido de manera autogestiva e independiente, que va “desde la construcción de una canción, armar un grupo y un equipo y hasta ser la productora fonográfica de tu álbum y salir a defenderlo”. 

Pensar y respirar canciones, buscar la autenticidad y la originalidad desde lo esencial del camino. “Me defino como una obrera de la música”, dice, en un camino que empezó a construir escalón por escalón hace mucho tiempo atrás.

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La radio siempre prendida, play, rec y grabar los temas que más le gustaban con cassettes. Eso recuerda de su infancia, donde sonaba mucho The Beatles y rock argentino. También reproducía en loop un disco de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés en vivo en Obras. “Mi salida favorita era ir a disquerías a escuchar los CDs que recién llegaban a la batea”, recuerda.

Fue en la primaria cuando tuvo su primer contacto con la guitarra. Según recuerda, le llamaba la atención la improvisación en las canciones de rock: “Me acuerdo que me pasaron un disco de Freddie King y me cayó la ficha que el blues está en todos lados”, dice. Así inició un camino de ida con el rock & blues, que no hizo más que tomar vuelo. 

Se anotó a un curso de guitarra en el Centro Cultural Rojas, fue alumna de Miguel “Botafogo” Vilanova, y se sumó a Las Blusettes, el grupo de Ciro Fogliata. En 2016 se lanzó como solista, con un estilo combinado con pop y folk. “Se fue dando naturalmente, venía de acompañar a otrxs artistas y necesitaba construir mi propio universo”, revela y analiza: “La escena femenina del blues es pequeña, aunque está conectada y hoy en día más que nunca busca construir lazos entre artistas y me parece ideal este confinamiento para debatir de manera federal”.

Su primer disco ‘Dedos negros’ fue casi todo instrumental, junto a Nicolás Silva y Rodrigo Bebassat: “Todos nos conocemos de las zapadas de Open Folk, Mr. Jones o Tabaco, del ciclo de Fogliatta”, dijo a Página 12. Ese trabajo fue nominado a ‘Mejor disco Nuevo Artista de Rock’ en los Premios Gardel 2017.

“El título refiere a los dedos de tanto tocar, el blues, el trabajo”, dice Sol. Compuesto por nueve canciones, despliega su talento y potencial con la guitarra. La única que lleva lírica es ‘Canción para Guadalupe’: “Se la dediqué a mi primera sobrina y le hice esa canción como un amuleto para que la acompañe para siempre”, confiesa. 

“Recuerdo como eje principal la improvisación, la mixtura en el trabajo sonoro. El conectar un título de tema con lo que reflejaba la instrumentación. Me llamaba la atención comenzar por ese camino, como idea de una propuesta diferente y ahí lo conecté con cantar sólo en la última canción como llave a lo que continuaría”, explicó.

Le siguió ‘Calles de tierra’, su disco presentado en 2018 con ocho canciones donde se consolida como cantante. “Fue el kilómetro cero de la poesía en mis canciones y ahí constató también con el blues”, dice. En sus letras las calles de Coghlan donde nació están presentes: “El barrio como faro, el tomar un tren y salir al mundo y escribir”, comenta.

Influenciada por artistas como Moris, Gabriela Parodi o Bob Dylan, Sol le canta al amor, a la búsqueda de futuro y sueños, al empoderamiento, como también da un mensaje sobre las instituciones y causas sociales. “El misterio de Negrita quedo plasmado en el tejado, el vigilante de la esquina cometió un asesinato”, canta en uno de sus temas. 

“Para escribir la canción me inspiré en un libro de cuentos de Mariana Enriquez y en todo lo que sucedió alrededor del caso de Santiago Maldonado”, dijo a DiarioAr y reflexiona a Filo: “El caminar por la calle y estudiar la identidad argentina es de gran inspiración en mi proceso creativo; entonces es inevitable no abordar la temática social hasta a veces sin darme cuenta”.

Esto se ve también en su último trabajo fue “Errores coleccionables”, el EP que publicó en 2020, durante la cuarentena por coronavirus, y que le valió su vuelta a los Gardel. “Y la patrulla lo único que cuida es al comisario y a la comisaría”, dice en el track ‘Pieza Inundada’. 

Compuesto por cinco canciones, cuenta con colaboraciones de Fogliatta, Juan Ravioli y Santiago Moraes. “Venimos compartiendo otras experiencias y me parecía que iban de la mano con la propuesta de este disco”, asegura Sol.

“El nombre del disco nace de un juego que hice una vez en un taller de escritura por una frase de Brian Eno; ‘Hacer honor al error como si fuese una intención oculta’ de las estrategias oblicuas. Y el arte responde al espacio donde construimos el trabajo de hormiga”, afirma.

El tema “Bardito del 93’ cuenta con un video bajo la dirección de Sofia Quirós captura imágenes de los barrios porteños de Parque Patricios y Palermo, específicamente en el bar "Varela Varelita". Hasta la fecha cuenta con miles de visualizaciones en Youtube.

El disco es el primero de una trilogía que se viene a futuro,  y que seguirá con el lanzamiento del tema “Furia” en julio y de un disco íntimo de reversiones en agosto llamado "La Última luz de La Ciudad". Ya está disponible el primer adelanto y lo podés escuchar acá.

“Quiero seguir construyendo canciones y me gustaría vincularlo con otros campos artísticos”, aspira. Guiada por ‘‘La caja de la esencia’, el espacio que define a Silencio Marginal como “el lugar que habito, donde construyo las canciones dentro del barrio donde nací”, tiene un norte claro: “Mi brújula hoy es ese lugar, mi guitarra, mi familia, mis amigxs”, finaliza.