"Negra, afroargentina, lesbiana no binarix"; con esas palabras se define Luanda en sus redes sociales, donde cuenta con miles de seguidores. Desde chiquita busca defender esa identidad, en un país donde el racismo -lamentablemente- es naturalizado con cada acción y cada palabra. 

"Toda la gente piensa que no es racista. Y toda la gente es racista", resalta, en diálogo con Filo.News. "Al ser afroargentina todo el mundo me pregunta de donde soy, y toda esa gilada. Eso duele, son años de invisibilización, el Estado argentino es el principal racista", agrega. 

"Todas las personas blancas lo son. Quieran o no quieran. Dejen de decir que no. Cuando una persona negra les grita que son racistas cierren la boca y escuchen. Siempre tenemos razón. Lo sufrimos tanto que nos volvimos expertxs (...) acéptense como racistas para deconstruir", invita en sus redes. 

El racismo se refleja de diferentes maneras: "Nos cosifican, nos hipersexualizan, eso es racista. Nos miran con fascinación como si fuésemos objetos preciados. No somos objetos", señala.

Sus comienzos: la invisibilización de la cultura afro

En su familia el arte era moneda corriente: su mamá es flautista, encargada de una escuela de música. Es por eso que desde los cinco años la artista comenzó a estudiar composición musical, a indagar, a conocer. En la actualidad es multiinstrumentista: "No me imaginé haciendo otra cosa", confiesa.

Aun así, a pesar de esos sueños, recuerda su infancia como "difícil, muy dura". Su nombre proviene de la capital de Angola, el país sudafricano, el supuesto origen de su familia: "Es dificil saber porque nos negaron nuestra historia, no sabemos cual es nuestra cultura", indica.

"Soy consciente de que no hace falta mirar muy atrás en mi familia negra para darme cuenta de la cantidad de derechos que gané. Mi papá es negro y favelado. Él no tiene las mismas oportunidades que yo. Nuestra identidad nos fue saqueada y borrada. Nuestra cultura nos fue prohibida", resaltaba a través de sus redes sociales. 

¿Qué relación tiene con el feminismo?

Desde chica comenzó a replantear lo establecido, a luchar contra las normas sociales, incluso el binarismo en los géneros: "Me costaba identificarme con ser mujer. Todo lo que tenía que hacer para hacerlo, no era para mi. Nada de eso me identificaba, mis compañeras lo lograban tan bien que no me dejaban otra que intentarlo. Lo intenté una y mil veces, pero igual siempre me salía mal. Me cuestioné si quería ser hombre. Pero eso me repelaba muchísimo más". 

Pero fue la hermandad negra la que la guió, la que le permitió encontrar el camino de autodescubrimiento de su identidad. Lejos de la palabra "disidencias", término que según su visión solo invisibiliza, revela: "Me autopercibí como trasnfeminista. Nunca fui mujer, las negras no lo somos. Mucho menos las lesbianas. Se mujer no es para nosotras. Me criaron pensando que era eso. Me criaron para ser menos, para depender de algún boludo que sepa clavar un tornillo o arreglar algo eléctrico. Pero ya no".

El feminismo, según confiesa, la ayudó a "desnaturalizar, a cuestionar y tener herramientas, entender". Sin embargo, no se siente acompañada por el movimiento, ya que observa una versión blanca y hegemónica.

"El feminismo en Argentina es blanco. Es blanco y excluyente", confiesa. 

"El feminismo en Argentina es blanco. Es blanco y excluyente. Cada día me siento más oprimida, por las que dicen ser mis sororas", explicaba en su cuenta de Instagram y añadía: "Nos bardean nuestras propias compañeras. Nos insultan y nos dicen que somos como los blancos colonizadores". 

Justamente, Luanda fue una de las que defendió su cultura al explicar el concepto de apropiación cultural, un tema que se instaló en los medios de comunicación luego de que figuras mediáticas decidieron utilizar las trenzas como moda. "Cada vez que veo una piba con trenzas se me eriza la piel. Así estaba todo el tiempo. No saben qué es. No saben que hacen. Nuestras trenzas son la historia de nuestra cultura. Aprendan qué significa. Y cállense cuando les decimos lo que sentimos". 

"Una blanca con turbante es lo mismo que un hombre cis con pañuelo verde. Es la misma sensación. Así que por favor gente blanca. Basta de rastas, basta de trenzas y basta de turbantes. Es apropiación cultural y nos duele mucho. Nuestro pelo es nuestro territorio sagrado, un territorio que fue bastardeado y que lo es. Andar con nuestro pelo suelto sin plancharlo es revolución. Así que tampoco lo toques", detallaba.

Su música: su forma de batalla

Luanda lleva la lucha de la comunidad afro como bandera. Cada una de las batallas la da con la música, con el rap como forma de expresión. "Cada vez que agarro un micrófono y rapeo no da lo mismo. Cada vez que puedeo estar sonando es un momento sagrado, no da lo mismo", decía.

Su canción "Miraste al costado", producido y grabado por Torino Fly, cuenta con más de seis mil visualizaciones en Youtube. El video fue grabado en las calles, durante una de las marchas del orgullo en Buenos Aires. 

Sin embargo, históricamente la comunidad negra fue invisibilizada en los escenarios, en las radios, en los festivales. Luanda lo sufre en primera persona:  "Cada vez que prendo la radio hay una cantidad infinita de gente blanca haciendo música negra. ¿Pensás que eso es casual? ¿por qué nunca estamos? Son lugares que nos corresponden", contaba en su Instagram.

"Ellxs dicen que lo hacen porque lxs atrae y lxs gusta. A nosotrxs nos atraviesa. Cada vez que puedo hacer música negra me conecto con mi raíz. Cada vez que suenan los tambores, en cada ensayo, en cada pensamiento", confiesa.

"Mis letras dicen muchas de las cosas que mis compañeros quieren decir y que quizá no tienen el medio. Darle voz a un montón de pibis hermoses afroargentines que atravesamos el racismo extremo todos los días. Cuando suenan los temas elles lo cantan a puro pulmón y eso es lo más hermoso del mundo", confiesa.

Luanda formará parte de la próxima edición del Festival Grl Pwr, que se realizará este sábado 14 de diciembre en el Konex. ¿Qué representa este recital para ella? ¿Por qué su presentación es fundamental para la lucha?

"Nuestra palabra fue callada, silenciada, una y mil veces por siglos, entonces cada vez que puedo expresar mis palabras lo más libre que se puede es un montón. Me acompaña un equipo enorme de gente afro que se sube al escenario conmigo. No estamos, no nos ponen en ningún lado, todo el mundo está haciendo musica negra y no aparecemos nosotres, nuestros cuerpos", reflexiona para este medio.

"Nuestra palabra fue callada, silenciada, una y mil veces por siglos", revela. 

"Es necesario, las compañeras vienen militando esto hace un montón de años, son históricas, se vienen bancando este mundo del mal de varones cis y todo lo que eso significa. Para mi está bueno que se generen estas cosas, que haya festivales, está bueno no regalarle todos los espacios", continúa.

A pesar de que confiesa que la aprobación de Ley de Cupo Femenino en los escenarios es un avance, todavía queda mucho por hacer: "Pienso que lo futuro es un cupo de afros en los festivales, porque no hay afros, pero solo se venden cuerpos blancos haciendo música negra". Sin embargo, está más empoderada que nunca para romper todos los esquemas, como afirmó en sus redes: "Aunque me hayan repetido mil veces que no, que me quede callada, lo único que hicieron fue llenarme de fuerzas. Agárrense, es nuestro momento".