Luego de cuatro años, La Vela Puerca volvió a sacudir un Luna Park estallado de fanáticos en la presentación de Discopático, su último álbum de estudio, pero la fiesta la hicieron los históricos clásicos.
En la previa, Milonga Extrema fue el grupo encargado de abrir el show, que tocaron sus canciones más conocidas mientras los miles de oyentes del mítico grupo de rock uruguayo entraban para presenciar uno de sus rituales favoritos.
Banderas de rock y de Peñarol, camisetas del mismo club y de la selección uruguaya de fútbol, remeras con insignias de la banda que eran adquiridas en las afueras del estadio, por niños, jóvenes y adultos, resaltaban en un evento que disfrutaron familias enteras.
Euforia, saltos, gritos, transpiración, pogos y empujones se vivieron en el mítico templo porteño, donde no cabía ninguna persona de más, ni en las gradas ni mucho menos en el campo.
El motivo fue la presentación de Discopático, el disco estrenado en junio pero que aun no caló en lo más profundo de los presentes. “Maníaticos, discopáticos”, expresó Sebastián Teysera en un momento del show para referirse a este nuevo repertorio de canciones, el octavo en los casi 25 años de historia que tiene la banda más importante del rock uruguayo.
“Discopático: aquel que ostenta la enfermedad de los discos. Ésta afecta al disco intermusical, que se encuentra formado por una sustancia vinílica llamada LP. Está alojada entre cada surco y su función es proporcionar felicidad a los oídos”, fue la descripción que utilizaron para describir este fenómeno, que con tiempo, curado en los oídos de los fans, entrará en lo más profundo.
La primera parte del show se vivió con tranquilidad, hasta que llegó la hora de “Sin Avisar”, un clásico del disco “Érase”. La fiesta llegó en ese momento, en las plateas quienes estaban sentados, saltaron, y quienes estaban quietos cantando en el campo, poguearon con una energía incontenible en lo que fue el primero de los dos shows de La Vela en Buenos Aires.
Además, contó con la participación especial de Arquero, un rapero uruguayo, con quien tocaron la canción La Pastilla. “Conocí a Pepe Canedo y un día nos encontramos en un bar. Él estaba con un grupo de personas que eran fanáticos, yo nunca me lo había cruzado, cuando me vieron a mí, nos hicieron presentarnos. A partir de esa noche nos cruzamos en varios lugares, yo lo quiero mucho a Seba. Un día en su cumpleaños me dijo 'Diego, ¿en qué canción estás trabajando?'. Para mí era un montón, yo había hablado con él de hacer una canción, pero no sabía si se iba a concretar. Le encantó Dolores Lindos y ahora con toda La Vela Puerca hicimos La Pastilla, que es el corte adelanto de su disco nuevo. Una experiencia hermosa”, había explicado en una entrevista exclusiva con Filo.News en junio de este año.
Más tarde llegó el momento de los clásicos, para empezar a cerrar una noche espectacular. Clarobscuro, Colabore, Haciéndose Pasar Por Luz, Va a Escampar, Zafar, Vuelan Palos que fue cantada casi enteramente por el público al grito de “vamo’ La Vela”, mientras que Llenos de Magia y El Viejo cerraron la jornada en un sprint final que hizo temblar el recinto.
Recuerdos, nostalgia y emoción fueron los sentimientos que invadieron a los fans más viejos de la banda que esperaban estos momentos en los que todos volvimos a sentir que “la vida se acuesta a nuestro lado, y con ella nos empezamos a reír”.
Luego de dos horas, cuando el punto de ebullición del público estaba en su pico máximo, comenzaron a despedirse, se saludaron y desde el público respondieron cantando “José Sabía”.
“Y sin embargo levantó, copas y copas al dolor, al dolor de seguir vivo que es lo bueno que tiene el dolor. Y también al placer de ganar y perder, cuando todo parece jodido es cuando hay que poner”, gritaron a modo de reclamo por la ausencia de la canción.
Sebastián Teysera tomó la posta y hizo una referencia a las estrofas eternas que dejó esa canción, esas que con el paso del tiempo no pierden vigencia y están firmes en la memoria de todos. “Cuando todo parece jodido es cuando hay que poner”, comentó y recordó los dos años de pandemia que en algún momento todos sufrimos.
No lo dudó, agarró la guitarra y tocó los acordes de la canción que unánimemente querían escuchar para darle un cierre más que emotivo a una noche inolvidable.