Juan Absatz es el tecladista actual de Fito Páez, aunque también es mucho más que eso: con canciones como "Diamante falso", "Todavía es tarde" o "Humo y espuma", se consolidó en la escena musical actual.
El artista llega esta noche al Teatro Monteviejo, a partir de las 21 horas, para continuar presentando su disco "Un elefante en el salón", sucesor de los anteriores “Descarriado” y “Nadie tiene la culpa”. Lis tickets para el show se pueden adquirir a través de Tu Entrada.
En este marco, el músico dialogó con Filo.News sobre cómo se prepara el recital, cómo combina su carrera como solista con su labor con Fito Páez y mucho más.
"Escucho el disco y veo como las canciones quedaron plasmadas de ese momento y siguen evolucionando. En cada concierto van sufriendo modificaciones, van cambiando, ese proceso vivo me encanta", comentó respecto al disco.
"Vamos a tener una noche hermosa", adelantó sobre la presentación de hoy y añadió: "Nos gusta versionar cosas, jugamos con otras canciones, nos divertimos, y mucho de ese mundo lúdico termina en el escenario".
A lo largo de toda su carrera, participó en bandas y artistas como Los Auténticos Decadentes, Andy Chango, Fabiana Cantilo y Coti Sorokin, entre otros; sin dudas, todo ese currículum le dejó una gran cantidad de anécdotas y aprendizaje. "Todo el trabajo previo, de haber formado parte de un montón grupo, para mi fue alimento", confesó.
"Trabajé con gente talentosísima y eso es una escuela", reveló.
Sin embargo, necesitaba a lanzar lo propio. Así lo afirmó para este medio: "Después de haber tocado con muchos grupos y de haber colaborado con mucha gente, decidí grabar mis discos en condición de solista. Está buenísimo por un lado porque te da mucha libertad, y las cosas se vuelven realmente lo que uno pretende que sean".
Aún así, contó: "Tiene su contracara, que es el costo de esa libertad. Uno está bastante solo, las decisiones, el empuje de todo un proyecto recae en una sola persona".
Hoy en día, combina su proyecto como solista con su trabajo en la banda de Fito Páez. Pero para ellos es más que un trabajo: es una reunión de amigos en cada ensayo, en cada recital.
"La relación que tenemos con Fito es muy buena. Siempre que salimos de gira, después de tocar, nos vamos a comer y muy probablemente terminamos en un bar o en una habitación de hotel charlando sobre como fue el concierto, delirios y todo eso", afirmó.
Luego, agregó: "Somos una banda que disfruta mucho de esa búsqueda de la excelencia que él tiene. Ya viéndolo trabajar uno ve y aprende, como arma el los ensayos, como encara un concierto; yo observo cómo trabaja y me sirve".
En esta rutina, el tecladista afirmó que muchas veces se vuelve difícil "combinar las agendas", es decir, poder cada uno por su lado anticipar recitales y fechas para los fanáticos.
Pero todo vale la pena. Cuando se suben al escenario, cuando ven al público, todo cobra otro color. Justamente, el Lollapalooza lo dejó en claro: "El concierto fue increíble, tremendo. La cantidad de gente que había, de todas las edades... ¡chicos de 15 años cantando "11 y 6"!, eso te hace notar que el tipo tiene una potencia que trasciende las generaciones, fue muy disfrutable".