Fue el 5 de abril de 1994 que Kurt Cobain, líder de Nirvana y máximo referente del movimiento grunge, le puso fin a su vida. Se suicidó de un escopetazo en su casa de Seattle, Estados Unidos.
Tenía 27 años y pasó a engrosar el fatídico "Club de los 27", que hace alusión a la edad que tenían Robert Johnson, Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison y Amy Winehouse, al momento de sus respectivas muertes.
"Es mejor arder que apagarse lentamente", escribió el músico, quien eligió esta frase de la canción "Hey, hey, my, my", de Neil Young, para cerrar la carta de despedida que un electricista encontró junto a su cuerpo, el 8 de abril, tres días después de su muerte.
El músico perdió la guerra contra la depresión severa que padecía y, si le sumamos su adicción a la heroína y otras sustancias, su fortaleza fue fácilmente derrotada por estos demonios que no lo dejaban en paz. Su partida ocurrió cuando se encontraba en la cúspide de su carrera, como ya ha sucedido con otras grandes estrellas. A partir de aquel día, nacía una leyenda en la música que fue un personaje central en la cultura musical y social de los 90.
"Lo tengo todo y estoy agradecido, pero desde los siete años odio a todos los humanos en general. Gracias a todos desde lo más profundo de mi estómago nauseabundo y ardiente por sus cartas y su interés durante los últimos años. Soy una criatura voluble y errática. Se me ha acabado la pasión", lamentaba el texto, que fue leído en su funeral por su esposa, la controvertida Countney Love.
Nacido el 20 de febrero de 1967, en el seno de una familia cristiana, los primeros años de vida marcaron para siempre a Cobain, quien en su arte dejó en claro los efectos del divorcio de sus padres y del bullying sufrido en su época de estudiante adolescente.
El músico trasladó su sufrimiento tanto a su música como a la actitud adoptada en el escenario, de modo tal que logró erigirse como un verdadero símbolo para toda una generación de jóvenes marcada por el fin de la guerra fría, la incertidumbre, el avance tecnológico y la apatía política.
Fue el rock tradicional, pero fundamentalmente su amor por Los Beatles, lo que le permitió sobrellevar una dura infancia y adolescencia al futuro líder de Nirvana, quien tuvo acceso a una guitarra a los 14 años.
Si bien Nirvana comenzó a hacerse visible a partir de su primer disco "Bleach", de 1989, fue "Nevermind", de 1991, el trabajo que lo catapultó a la fama, con 35 millones de copias vendidas en todo el mundo y la reputación de ser considerado una de las placas más influyentes en la historia del rock.
Sin embargo, este descomunal éxito, lejos de ser considerado como una revancha por los años de infelicidad adolescente por el artista, significó un cimbronazo imposible de sobrellevar.
La presión que el grupo comenzó a recibir acentuaron en Cobain su nihilismo, que cristalizó en una creciente adicción a la heroína, un severo cuadro de depresión crónica y distintos intentos de suicidio hasta que pasó a ser parte del "Club de los 27".