"Y para vos, ¿qué significa?"; con esas palabras me desafió Loli Molina, luego de que consulté por el significado del nombre del disco. "Es un poco esta cosa que cae. Es la muerte, por ejemplo, también es lo que nos pone fin, lo que acaba con todo, pero también es el cielo, también puede ser el mar. Me gusta porque tiene como varias lecturas", confiesa la cantante, en diálogo con Filo.News.

Como un viaje onírico, a través de cada una de las canciones Loli invita a dejarse llevar con su voz y la armonía de las guitarras. Lejos de "Rubí" o "Sí o no", en su nuevo trabajo "Lo azul sobre mí" apostó por vientos y caminos diferentes. 

"No controlamos nada nunca. Ni aún las cosas que queremos y tenemos muy planificadas, siempre puede pasar algo. Entonces la mejor actitud en general es ir y pararse en la puerta de la casa, abrir y dejar que venga este viento y que lo tome todo, que lo desintegre si es lo que tiene que pasar o que me deje en el lugar", confiesa.

Sin embargo, no fue fácil el proceso de creación del disco: "Quería hacer algo distinto, empujar los bordes o ver hasta que otros lugares podía llegar, entonces me puse muchas restricciones. 'No podés escribir sobre ciertos temas, no puedes abusar del por qué yo o por qué a mi". 

Luego, confiesa: "Por momentos sentía que no iba a poder, que no iba a escribir nunca más nada, esos mambos que agarran. Fue tortuoso, fue muy lindo, me entregué mucho al proceso, pero me costó", continúa. Un disco complejo y algo críptico; así lo define, y explica que "no se puede escuchar mientras haces cualquier cosa, tenés que ponerte a escucharlo".

Grabado en Ciudad de México y Buenos Aires, el disco tiene un poco de la esencia de cada uno. "Para mi ir a vivir allí tuvo que ver con morir en algún sentido. Era dejar mi lugar, mis amigos, mi casa, mis cosas y transformarme en otra persona. El disco tiene mucho de eso, de la muerte, de la transformación, de lo que deja de ser de una manera para ser de otra, es eso en mi carrera también, deja de hablar de ciertas cosas para hablar de otras, esta todo conectado", señala.

Fue en su infancia cuando despertó la curiosidad por la música, por el formato canción que tanto la apasiona. "Todos mis maestros, que tuve muchos, para mi son referencias. Creo que lo que más aprendí no fue la información, sino ver cómo vive alguien que está en contacto con la música como algo cotidiano, que es su trabajo y también su camino para expresarse", afirma.

No viene de una familia de músicos ni de ninguna inclinación artística: confiesa que siempre fue un código "muy propio", un lenguaje que germinó en su interior. Fue por eso que empezó a estudiar, a conocer, a explorar. De Michael Jackson a Mozart: se autodefine como una "esponja", que siempre fue captando música de todos lados.

"La música es evidentemente mi lenguaje. Mi lugar más feliz, el lugar donde estoy más cómoda. Me gusta ir por varias cosas ahí es donde me siento más feliz en realidad, cuando no estoy encerrada en una sola cosa", revela.

Loli formó parte del homenaje sinfónico a Gustavo Cerati en el Teatro Colón, y formará parte de la próxima edición del Festival Grl Pwr en el Konex, donde llevará toda su poesía como parte de un empoderamiento femenino en crecimiento.

"Es buenísimo todas las cosas que están pasando con las chicas en la música, con las chicas en las artes, y es un ejemplo para las mujeres en otros países. A mi me toca viajar un montón, voy a Perú, Colombia, México, y en todos los países es como ‘che, que está pasando con las mujeres en Argentina’? yo estoy rebasada de orgullo", confiesa.

Luego, continúa: "Hay cada vez más proyectos, más solistas haciendo su música, más chicas tocando su música muy bien. Era un poco la cuenta pendiente que tuvieran visibilidad, siempre hubo chicas que tocan muy bien, bajistas, guitarristas. Las mujeres salimos del rol de la corista". 

Es por eso que se considera feminista, como parte de un movimiento que la influyó en todos los sentidos: "Desde pensarme en mis espacios en la sociedad, trabajando como música,  creo que vino a cuestionar y a poner sobre la mesa muchas cosas. Como dice Luciana Peker, el deseo, el derecho a goce, habitar el propio cuerpo, la propia emocionalidad sin que eso signifique que sos débil o que sos blanco de críticas o violencias, en ese sentido me siento muy interpelada y muy agradecida de que exista este movimiento".

Hablar con Loli Molina es cuestionarse a uno mismo de principio a fin, pensar(nos) la existencia y dejar que los sentimientos fluyan. "Piensa que todo es un instante, tan infinito y fragil que arde", reza una de sus canciones. Es por eso que, tras ser consultada por todo lo que se viene a futuro, pregunta:  "¿Por qué no podemos recordar el futuro? Yo soy sagitariana, para mi el futuro es algo muy importante".

"El mañana no existe, no sabría que decirte, me imagino eso, estando tranquila, en algún lugar de la naturaleza, tocando mi música feliz en algún lugar de la naturaleza. Mi sueño es pintar, pero la vida te va llevando. Intento no pensar tanto en el futuro porque lo cargo pensando a mi misma en el futuro y es insoportable eso. Que sea lo que tenga que ser", detalla. Después de todo, lo "azul" siempre estará ahí y en el infinito para acompañarnos. ¿Qué significa para vos?