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Call of Duty: Warzone sigue perdiendo jugadores por la invasión de cheaters

Varios jugadores profesionales y creadores de contenido de Call of Duty están abandonando el juego porque la empresa no puede controlar a los cheaters

Call of Duty: Warzone sigue perdiendo jugadores por la invasión de cheaters

Los desarrolladores de Call of Duty: Warzone, uno de los battle royale más importantes del mercado, están teniendo graves problemas para controlar a los cheaters, y generando la frustración de la comunidad.

En la industria de los videojuegos se conoce como “cheater” o "hacker" al jugador que hace uso de programas adicionales para sacar ventaja en los juegos.

Durante las últimas semanas varios jugadores profesionales y creadores de contenido han decidido abandonar Warzone por considerar la situación insostenible. Resulta casi imposible entrar a una partida sin cruzarse con usuarios que utilizan aimbots (programas que apuntan automáticamente) o wallhacks (software que muestra otros jugadores a través de las paredes), volviendo cualquier intento de obtener una victoria genuina una odisea.

Vikkstar123, un youtuber con más de siete millones de suscriptores, anunció la última semana que abandonaría el juego por la invasión de cheaters con un video en el que mostró (a partir del minuto 7) que el jugador que había eliminado a su equipo no solo estaba usando software ilegal, sino que además estaba transmitiendo esa misma partida a través de Facebook Gaming — y al ser parte del programa Level Up de la red social, generando ingresos.

Ese también fue el caso de Nicholas “Nickmercs” Kolcheff, miembro del clan FaZe. En su cuenta de Twitter el jugador escribió: “Por desgracia sin [medidas] anti-cheat, los torneos de Warzone ya no son posibles”.

“Hay mucho queso y demasiadas ratas”.

Kolcheff hace referencia al Twitch Rivals Warzone, un torneo que repartía 250 mil dólares en premios, en el que varias figuras prominentes de la escena competitiva acusaron Metzy, un jugador canadiense que juega en PC con joystick, de usar aimbots.

El youtuber Drift0r, que cuenta con más de 1,5 millones de suscriptores, también dijo que estaba dispuesto a abandonar el juego aún cuando su canal se especializaba en contenido de Call of Duty, porque le resulta imposible jugar una partida sin cruzarse con cheaters o hackers.

Desde su lanzamiento en marzo del año pasado, Call of Duty: Warzone se convirtió en el nuevo objetivo de los cheaters, y aunque Activision anunció una política de tolerancia cero y en octubre informó más de 200 mil cuentas baneadas, poco ha hecho en los últimos meses para combatir el problema.

Según información a la que accedió el portal Vice, esta semana la empresa baneó 60 mil cuentas más que utilizan EngineOwning, uno de los programa más populares. Sin embargo, considerando que hay decenas de millones de jugadores diarios de Warzone, menos de 100 mil usuarios no parecen hacer diferencia.

El sitio oficial de EngineOwning muestra que actualmente el software está siendo actualizado para Modern Warfare y Warzone, lo que significa que fue detectado. Pero sin un programa de anti-cheat dedicado, la batalla siempre va a estar perdida.

No hay juego competitivo online que no tenga su cuota de cheaters. Incluso para Fall Guys, quizá la experiencia más inocente y relajada de la actualidad, se pueden conseguir modificadores que permiten saltar más alto, correr más rápido e incluso atravesar elementos del escenario.

Los programas de ese tipo no son gratuitos, por supuesto, y generan millones de dólares de ingreso a los programadores que los desarrollan, lo que aumenta el incentivo para seguir mejorándolos.

Incluso existen modificaciones del estilo para consola, aunque en el caso de PlayStation y Xbox se cargan a través de diferentes dispositivos USB.

Activision sigue manteniendo el silencio, pero fueron los cheaters los que en parte le costaron a PUBG su posición dominante en la escena competitiva, así que habrá que ver si Warzone corre la misma suerte.

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