Se cumplen 20 años de uno de los superclásicos más recordados del fútbol mundial. Boca recibió a River por los cuartos de final de la Copa Libertadores, lo venció 3-0 y lo demás es historia.
Las dos jugadas que quedaron para siempre en el incosciente popular fueron el gol de Martín Palermo, quien venia de recuperarse de una rotura de ligamentos cruzados y el caño de Riquelme a Yepes: una jugada que fue repetida tantas veces como si fuese un gif.
River había ganado 2-1 el partido de ida en el Monumental y llegaba con una pequeña e importante ventaja para la definición en la Bombonera. Pero el equipo de Carlos Bianchi estaba destinado para vivir grandes momentos y no solo lo eliminó, sino que ganó esa Copa y meses más tarde se consagró campeón mundial venciendo al Real Madrid.
El primer tiempo fue muy cerrado, se disputó con muchos nervios y pocos espacios. Pero para el segundo, minutos después del pitazo inicial, el Chelo Delgado metió el primero tras una jugada increíble y un cambio de frente exquisito de Riquelme y todo empezó a cambiar.
Bianchi sacó a Gustavo Barros Schelotto, puso a Sebastián Battaglia de volante izquierdo, quien amagó, llegó al área y recibió una infracción para que el arbitro sentencie un penal y Riquelme marque a los 40 minutos del segundo tiempo el 2-0, pero River se mantenía con vida aun porque no existía la regla de la ventaja al gol de visitante.
"Ahora cuando Román mete el penal entrás vos", Bianchi a Burdisso
Minutos antes, ingresó Martin Palermo, quien arrastraba más de seis meses de inactividad, y por eso, en la previa, Américo Gallego, técnico del Millonario en aquel entonces, dijo que, si jugaba el 9 de Boca, él ponía al Enzo (Franchescoli) quien se había retirado hace dos años.
En otra apilada por izquierda de Battaglia, que terminó con un pase atrás, Palermo la agarró en el punto de penal y con toda la tranquilidad, giró, pateó y metió el 3-0 final para sentenciar la serie y que el Xeneize acceda a semifinales.