Apenas cinco minutos habían pasado desde que se levantó el telón de una nueva temporada de la NBA. En el estadio Quicken Loans Arena estaba Cleveland Cavaliers de LeBron James y compañía por un lado y Boston Celtics, con la incorporación estelar de Kyrie Irving, del otro. Sin embargo, una jugada desafortunada y dolorosa fue la que se llevó todas las miradas.
Gordon Hayward, una de las figuras que generaba expectativa en Boston para esta temporada, fue el protagonista de una impresionante lesión: sufrió una fractura expuesta del tobillo izquierdo, que lo dejará fuera de las canchas por lo menos seis meses.
La gravedad de la situación paralizó a todo el estadio. Incluso, los propios compañeros y rivales del alero se agarraban la cabeza y quedaron conmovidos por terrible la lesión.
El juego estuvo detenido durante más de cinco minutos mientras atendían a Hayward. Y luego, tanto jugadores, como dirigentes y espectadores, se unieron para enviarle un mensaje de apoyo.