Fue Marcelo Bielsa quien abrió las puertas y dio a conocer una vieja e íntima historia. En una conferencia de prensa del Leeds, el entrenador reveló que engañó a Hernian Crespo durante su ciclo en la Selección Argentina.
"Cuando él estaba madurando, yo una vez le dije que lo consideraba un jugador maduro. Yo le estaba mintiendo. Trataba de fortalecer su autoestima", se sinceró el Loco. Y continuó: "Cuando pasó el tiempo y él maduró verdaderamente, le dije: '¡Qué madurez actual la tuya! No sos el mismo que eras antes'. Él pensó: 'Si antes usted me había dicho que yo ya estaba consolidado, entonces usted me engañó. Antes me dijo que era sólido y no pensaba que lo era'. Y no me lo perdonó nunca. Y con mucha razón".
Luego de la confesión de Bielsa, el que tomó la palabra fue el otro protagonista, Hernán Crespo, quien con una carta abierta difundida a través de su cuenta oficial de Twitter le aceptó las disculpas al técnico, aunque dejó en claro que la decepción sigue latente.
La carta de Hernán Crespo
"Marcelo: sus disculpas me hicieron rebobinar 14 años de un dolor que aún tengo adentro. Ese sentimiento me lleva a escribirle esta carta. Cuando uno habla corre el riesgo de que la bronca lo empuje a decir alguna palabra injusta. Pensar, reescribir, da tiempo para reflexionar. Aun cuando eso no cambia lo que yo sentí: fue una tremenda decepción sentirme engañado por un líder como usted. La tristeza fue tan grande como la estima que yo le tenía.
Yo le había creído desde el primer día que nos juntamos en Parma. Usted no sólo me contó sus ideas de juego para la Selección. Me habló de la forma de manejarse como conductor, de su personalidad para tomar decisiones sin importarle las caras, Marcelo... ¿Se acuerda? Fue una charla madura, pese a que la distancia se distorsione un poco. Todo lo que hablamos quedó en la intimidad. Igual que usted, yo nunca fui de abrir las puertas de los vestuarios a los medios ni a la gente. Los hinchas no quieren internas sino respeto por la camiseta.
Hoy lo hago público porque me llegaron sus palabras en el Leeds. Por supuesto, Marcelo, acepto sus disculpas. Ya lo perdoné hace tiempo, si es que debía perdonarlo. Lamento que no lo hayamos hablado personalmente, ni siquiera por teléfono. Pero nunca es tarde. Además, los dos sabemos que ya se había dado cuenta de 'su grave error' mucho antes de esta declaración. Quedó claro la última vez que discutimos el tema. Usted se acuerda cómo me habló y cuál fue mi cruda respuesta... Yo no hubiera reaccionado así sólo por descubrir un juego de palabras para motivar.
Usted era y es lo suficientemente inteligente como para saber que un jugador no mejora su nivel por una mentira. Si pasara, ese futbolista sería más tonto que inmaduro. No quiero entrar en detalles que ninguno de los dos dará. De hecho, eso queda en su segundo plano. Lo más importante es la enseñanza que deja la situación que ahora recordó. Como nos dijo tantas veces, Marcelo, hay que manejarse con la verdad, sin engañar al otro. Al final del camino, quien procede así no sólo es el mejor líder sino el más maduro...
Me hizo feliz escucharlo, Marcelo.
Le mando un abrazo".