Roger Federer es sincero. Y aunque él sea el que más ganas tiene de volver a competir dentro de un court de tenis, también es el primero en admitir que está atravesando el momento más complejo de su carrera, luego de someterse una nueva cirugía de rodilla.
A los 40 años, el suizo elige ser prudente respecto de su futuro, pero ya descartó su participación en el Abierto de Australia 2022 y puso en duda su presencia en Wimbledon.
"La verdad es que me sorprendería muchísimo jugar a Wimbledon (en julio próximo). Tanto para decir que Australia (en enero) ni siquiera entra en juego. Y eso no es una sorpresa. Sabíamos antes de la operación que su naturaleza requeriría largos meses de descanso. Entonces no hay nada nuevo", explicó el ex número 1 del mundo en una entrevista con el diario Tribune de Genève.
Y continuó: "Quería esperar al primer chequeo importante de los médicos para hablar de ello: es muy alentador. Así que inicié un largo proceso de rehabilitación en el que puse todo mi corazón. Pero así es, la situación no tiene nada que ver con 2016. Hay que tener paciencia para que mi rodilla se recupere al 100%".
Sea cuando sea, el ganador de 20 Grand Slam, que jugó 19 partidos en los últimos dos años, tiene el deseo de volver para despedirse dentro de un court: "Aunque sé que el final está cerca, quiero intentar jugar algunos partidos importantes más. No será fácil, pero lo intentaremos".