Desde que la Asociación del Fútbol Uruguayo (AUF) presentó la carta de renuncia de Wilmar Valdez el pasado 30 de julio, los problemas comenzaron a llegar a las oficinas del ente, principalmente cuando algunos medios locales revelaron que el ex mandatario estaba vinculado a aportes a través de licitaciones.
Ante estas noticias, la FIFA no se quedó estática y a más de 20 días sin un líder elegido, decidió intervenir la misma para volver a fojas cero, al igual que ocurrió en el fútbol argentino, tras la salida de Luis Segura y con la participación de Armando Pérez como el responsable de llevar adelante la Comisión Normalizadora.
La participación del ente mundial terminará el próximo 28 de febrero de 2019 y en ese periodo deberá "gestionar" la federación, "revisar" sus estatutos y, una vez ajustados, "organizar y llevar a cabo elecciones", según detalló un correo fechado en Zurich, Suiza, difundido por la prensa local.
Por otro lado, la Federación internacional destaca que la composición “actuará como comisión electoral, cuyas decisiones serán firmes y vinculantes y cuyos miembros no serán candidatos a ninguno de los cargos vacantes”, una vez que comience el mes de marzo.
Valdez, presidente de la Asociación desde 2014, luego de haber tenido un paso como presidente interino de Conmebol. A pocas horas de las elecciones de este año, decidió retirarse tras unas escuchas que afectaron su decisión y un posterior vínculo con un supuesto delito de coimas en la renovación del Estadio Centenario.