Puños apretados para Diego Schwartzman. En la tercera ronda del Australian Open, el argentino se impuso ante el ucraniano Alexandr Dolgopolov por 6-7 (1-7), 6-3, 6-3 y 6-3 y sacó pasaje para los octavos de final.
El Peque luchó dos horas y 38 minutos bajo las altas temperaturas de Melbourne para atrapar su cuarta victoria al hilo. Si bien nadie le sacará su lugar entre los 16 mejores jugadores del torneo, tendrá una próxima parada bastante difícil: el próximo domingo se verá las caras ante el español Rafael Nadal, el número 1 del mundo. Ni más ni menos.
Es la segunda vez en su carrera que el porteño alcanza los octavos de final de un Grand Slam. El año pasado, había llegado hasta los cuartos de final del US Open.