Los pibes la merecían y los pibes hicieron historia. Luego de 33 años cuando el voley ganó su primer bronce en Seul 88, la historia se repite con el mismo premio, el mismo resultado y el mismo rival que es una vez más el N°1 del mundo y que sufrió el enorme bloque y ataque argentino.
Argentina le ganó 3 a 2 a Brasil en un duelo para la historia. Lo ganaba 25-23 desde el primer set, pero el poderío del rival lo metió en partido y quebró la resistencia de los de Méndez para ponerse 2 a 1 arriba con parciales de 25-20, en ambos casos.
En el cuarto, la Selección sacó a relucir lo mejor de su juego y liquidó al rival, dejando sin chances de competencia a los rivales para sentenciar el 2 a 2 con un set de 25 a 17 y forzar un tie-break que comenzó de la mejor manera.
La diferencia de tres puntos se mantuvo en todo el último parcial, pero desde el saque Brasil se puso 13 a 13 y forzó a la Argentina a un remate de Conte y un enorme bloqueo de Loser, que sumó siete en todo el partido para darle la alegría y la medalla de bronce al equipo nacional.
Con Hugo Conte en cancha, en aquel viaje a Corea, hoy su hijo Facundo la repite y es parte de un equipo que se mete en la historia grande del voley argentino para llevarle la segunda medalla en su historia en los Juegos Olímpicos, otra vez de bronce y otra vez ante Brasil.