Mientras Quentin Tarantino se prepara para estrenar “Había una Vez… en Hollywood” (One Upon a Time… in Hollywood, 2019), rescata algunos de esos tantos proyectos que, sabemos, nunca va a concretar, pero sirven para hypear a sus fans más acérrimos. Claro que hablamos de la posibilidad de “Kill Bill Vol. 3”, la más que esperada continuación de las peripecias de Beatrix Kiddo que, según dijo alguna vez, estarían ambientadas una década después de los sucesos de “Kill Bill Vol. 1 y 2”.
Pensada originalmente como “La Trílogia del Dólar” de Sergio Leone (cuando no), las aventuras de la Novia y el Escuadrón de las Serpientes Asesinas tendrían su continuidad en dos posibles secuelas: “Kill Bill Volumen 3” -programada originalmente para estrenarse en 2014-, que involucra el desquite de las únicas sobrevivientes del raid revanchista de Uma (Sofie Fatale y Elle Driver); mientras que la cuarta película podría girar en torno al enfrentamiento de las pequeñas (ya crecidas) B.B. Kiddo y Nikki Bell, vengando las muertes de sus respectivas madres. QT viene gatafloriando con esto desde el año 2012, y cada vez que se aburre lo saca a colación entusiasmando a nuestros corazoncitos nerdos. No creemos que Thurman vuelva al ruedo, pero ojo que ya se habla mucho de Maya Hawke para tomar el testigo de su progenitora. ¿Soñamos?
Las secuelas de Kill Bill no son las únicas continuaciones que quedaron en el tintero del realizador. “The Vega Brothers”, o “Double V Vega”, alguna vez intentó ser el cierre de otra serie que, además, iba a juntar los universos de dos de las más grandes obas de Tarantino: “Perros de la Calle” (Reservoir Dogs, 1992) y “Tiempos Violentos” (Pulp Fiction, 1994), cruzando los caminos de los hermanos Vega: Vic/Mr. Blonde (Michael Madsen) y Vincent (John Travolta). El proyecto nunca llegó a ponerse en marcha por la complicada concepción (y logística) de la idea.
Y claro, resultaba un tanto imposible rodar una secuela ya que ambos personajes la palmaron en sus respectivas historias, y la idea de una precuela es aún más improbable debido a que los actores siguieron envejeciendo. La solución de Quentin, según dicen, giraba en torno a la aparición de los hermanos idénticos de los protagonistas, que acá trataran de vengar la muerte de sus respectivos gemelos, con la salvedad de que uno no conoce la existencia del otro. Sí, totalmente agarrado de los pelos y absolutamente tarantinesco, pero morimos por ver este delicioso baño de sangre sin sentido.
“Eso es lo único que sabía, era la premisa en sí misma -juntar a los dos personajes-. No creo haberlo llevado lo suficientemente lejos para crear una historia, pero tenía un indicio. Hubiera tenido lugar en Ámsterdam”, Quentin Tarantino
Promocionando “Había una Vez… en Hollywood”, Tarantino volvió a sacar el tema de los Vega, está vez, asegurando que nunca llegó a darle forma concreta a la idea: “Eso es lo único que sabía, era la premisa en sí misma -juntar a los dos personajes-. No creo haberlo llevado lo suficientemente lejos para crear una historia, pero tenía un indicio. Hubiera tenido lugar en Ámsterdam”. ¿Se acuerdan de “Pulp Fiction” cuando Vincent habla de su paso por Europa, los nombres que recibe el ‘Cuarto de Libra’ con queso en París, y las drogas legales? Bueno, en este último apartado se refiere a la capital de los Países Bajos, donde pasó un par de años, según Taranta, dirigiendo un club nocturno para Marcellus Wallace (Ving Rhames).
“Entonces, en algún momento de su estadía de dos años en Ámsterdam dirigiendo dicho club, Vic aparece para verlo. Y habría sido su fin de semana. Exactamente lo que les sucedió y en qué problemas se metieron,… nunca llegué tan lejos”, continuó el director dejando el interrogante flotando en el aire.
En cuanto a la trunca “Double V Vega”, podemos sacar un par de cosas en concreto: la idea estuvo flotando por la cabeza de Quentin por bastante tiempo, pero para él ese barco ya zarpó, en parte porque no hay manera de volver atrás o resucitar a estos personajes. Y no, Tarantino jamás echaría mano del rejuvenecimiento digital del que han gozado otros actores para aparentar ser 25 años más jóvenes.