Netflix arrancó 2020 con ganas de sacudir varios felpudos. Por un lado, el estreno de “Nisman: El Fiscal, la Presidenta y el Espía”, y por el otro, “Mesías” (Messiah), thriller dramático creado por Michael Petroni, un realizador afecto a las historias con trasfondo religioso. La serie de diez episodios, filmada en Jordania y varios escenarios de Nuevo México, se centra en la figura de Al-Masih (Mehdi Dehbi), un hombre misterioso que asegura ser el vocero de Dios, más precisamente, el mesías del título.
Al-Masih aparece por primera vez en Damasco (Siria), proclamando que el asedio de ISIS no va a prosperar. Una supuesta intervención divina obliga a los invasores a retirarse, y es así como este predicador callejero se gana a sus primeros y fervientes seguidores, que deciden cruzar con él el desierto hasta llegar a la frontera israelí, de camino a las Alturas del Golán. Como es de esperarse, Israel no ve con buenos ojos la llegada de estos dos mil refugiados sirios palestinos y decide arrestar a su ‘líder’ para tratar de entender lo que está tramando.
Los actos del joven también llaman la atención de Eva Geller (Michelle Monaghan), agente de la CIA ocupada de los problemas en Medio Oriente. Tras ver cómo crece su popularidad, Geller decide viajar a Tierra Santa y descubrir por sí misma si Al-Masih es un mesías genuino, un fraude que quiere llamar la atención o un nefasto agente político con ganas de desestabilizar el orden mundial. Hasta ahí, la trama de un producto bastante aburrido y decepcionante que no se decide si quiere ser un thriller de espionaje o un drama dogmático. En el camino no pierde la oportunidad de levantar polvareda, no sólo con una, sino con las tres religiones principales.
Cualquier producto que se meta con la religión tiende a crear controversia (si no, pregúntenle a Mel Gibson). “Mesías” ya levantaba algunas cejas antes de su estreno el 1° de enero, pero la verdadera polémica se instauró cuando en Jordania pudieron ver el producto terminado, que en gran parte se filmó en sus propios escenarios. Más allá de que para algunos, el contenido de la serie de por sí es sacrílego -“podría ser percibido o interpretado en gran medida como una violación de la santidad de la religión”-, la figura de este pseudo Jesucristo bautizado como Al-Masih (mesías en árabe) deja mucho librado a una mala traslación.
Resulta que ‘Al-Masih’ no sólo es el nombre con el que se reconoce a Jesucristo en el Islam, sino también (SPOILER ALERT) el mote con el que Dajjal, o el Anticristo, se anuncia a sí mismo en la religión islámica, lo que, de entrada, pone al personaje de Dehbi es una disyuntiva. “Este tema es bastante delicado y hacer una producción como esta sólo hará que los espectadores olviden el hecho de que este asunto no es una broma”, declara una petición de Change.org que llama al boicot de la serie por considerarla “malvada y repleta de propaganda anti-islámica”. Hasta ahora, la demanda fue firmada por unas cuatro mil personas, pero la plataforma de streaming y el creador del show se amparan en que la suya es una obra puramente de ficción que no intenta atacar las creencias de nadie.
“Sí, el show es provocativo. Pero provocativo no significa ofensivo. No es como si estuviera dando la bienvenida a la reacción violenta. Esperamos que haya mucho ruido alrededor de la serie, pero también mucho debate”, declaró Petroni, incluso antes del estreno.
La Comisión Real de Jordania (RFC) también intentó hacer presión y evitar su difusión, ya que el producto final resultó ser demasiado controversial para su gusto. “Si bien se mantiene firme en sus principios, en particular el respeto de la libertad creativa, la RFC, como institución pública y responsable, no puede aprobar o ignorar los mensajes que infringen las leyes básicas del Reino”, se lee en el comunicado oficial que insta a la gran N a frenar la emisión de “Mesías”.
Irrespetuosa para los musulmanes, blasfema para los cristianos, y si somos sinceros, también destila cierto grado de antisionismo como para quedar mal con todos al mismo tiempo. Y esto en apenas sus primeros dos episodios. Igual, “Mesías” (como “La Primera Tentación de Cristo”) no deja de ser una obra de ficción que no se basa en ningún personaje o figura real. Cualquiera que se sienta ofendido puede elegir lo que ver porque para eso se inventó el control remoto.