Después de la celebrada premiere en el Festival de Cannes de “Había una Vez en Hollywood”, la nueva película de Quentin Tarantino, el director y el elenco participaron en una conferencia de prensa en la que se vivió un momento incómodo por la agresiva respuesta de Tarantino a la pregunta de una de las periodistas asistentes.
Sobre el final de la rueda de prensa, que duró unos treinta minutos aproximadamente (y durante la cual el equipo había respondió a halagos y preguntas de manual), una de las periodistas consultó al director acerca de las pocas líneas de diálogo que tiene Sharon Tate (el personaje de Margot Robbie) en la película.
“[Robbie] es una persona con un gran talento y aún así no le dió muchas líneas en la película,” comenzó la periodista. “Asumo que fue una decisión deliberada de su parte y quería saber por qué no la escuchamos hablar tanto.”
Tarantino, claramente molesto por el cuestionamiento, se limitó a responder “simplemente rechazo tu hipótesis” ante la atónita mirada de los presentes y la clara incomodidad de los actores. Por fortuna para todos Margot Robbie intervino y ofreció su propia interpretación de rol del personaje alivanando un poco el aire.
“Creo que los momento que tuve en pantalla honraron a Sharon,” dijo. “Creo que la tragedia fue la pérdida de la inocencia. Mostrar sus aspectos más maravillosos era algo que se podía hacer sin hablar. Sentí que vue mucho tiempo para explorar el personaje sin diálogo, lo que s algo muy interesante. Es raro que pueda pasar tanto tiempo por mí misma con un personaje.”
Incluso durante los momentos en los que Robbie explicaba su forma de sentir el papel se podía ver a Tarantino con una especie de ira contenida, mirando hacia abajo y con clara intención de terminar la conferencia ahí mismo.
Durante los últimos años el director ha sido muy cuestionado por escándalos propios y ajenos, su relación con las actrices y su representación de los personajes femeninos. La crítica y el público ya habían levantado la alarma por el tratamiento de Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh) en “Los 8 Más Odiados” (2015) y la constante tortura y humillación a la que es sometida el único personaje femenino de la película, que culmina con un ataque a golpes de puño que la deforma.
Harvey Weinstein, quizá una de las figuras más repudiadas de Hollywood hoy en día, produjo todas las películas de Tarantino (“Había una Vez en Hollywood” es la primera que no es producida por The Weinstein Company), quien admitió saber “lo suficiente” de las acciones de Weinstein “para hacer más” de lo que hizo.
“Desearía haber tomado responsabilidad por lo que escuché,” dijo en una entrevista con The New York Times a finales de 2017. “Si hubiera hecho lo que debía haber hecho, tendría que haber dejado de trabajar con él.”
Meses después, en febrero de 2018 Uma Thurman, una de sus musas, dio una entrevista en la que habló desde su lugar como una de las víctimas de Weinstein y recordó el abuso que sufrió por parte del director, que asumía ciertos roles cuando le era posible (como escupirla en lugar de Michael Madsen o ahorcarla con una cadena en lugar de Chiaki Kuriyama) en lo que la actriz identifica como una suerte de fetiche sádico.
El testimonio de Thurman recordó al de Diane Kruger, quien participó en “Bastardos Sin Gloria” (2009) y también dijo haber sido ahorcada por el director (en lugar de Christoph Waltz) en la escena de su muerte en la película. “Sé exactamente lo que necesito, y creo que yo debería hacerlo,” recordó que le dijo Tarantino durante una entrevista realizada en 2009 y agregó: “Debo aceptar que fue muy extraño ser estrangulada por el director.”
Años después, cuando se publicó la entrevista de Uma Thurman, Kruger publicó en su cuenta de Instagram un texto en el que explicaba que después de leer los alegatos de su colega se veía en la necesidad de aclarar que su propia experiencia con el director fue excelente, que la trató con respeto y nunca abusó de su poder o la obligó a hacer nada con lo que no se sintiese cómoda.
La relación entre Tarantino y Thurman se rompió definitivamente cuando a cuatro días de terminar la pesadillesca producción de nueve meses de "Kill Bill", Tarantino la obligó a conducir un vehículo que le habían informado no era confiable. La actriz perdió el control, chocó contra una palmera y quedó con un daño permanente en el cuello y las rodillas.
El día de la publicación de la entrevista la actriz subió el video del accidente (que le tomó quince años obtener de Miramax) a su cuenta personal de Instagram denunciando cómo la producción intentó encubrir el hecho y le causaron daño personal y a su carrera con las mentiras.
Más de quince años después Thurman y Tarantino parecen estar nuevamente en buenos términos. Él ha hablado del accidente como “el hecho del que más se arrepiente en su vida”, mientras que ella le agradeció que le entregase el material del choque aún sabiendo que podría “afectarlo directamente” y aseguró que si hubiera un papel que se sintiera correcto podrían volver a trabajar juntos.
"Había una Vez en Hollywood" se estrena el 22 de agosto en nuestro país.