Norma Jean Mortenson nació el 1 de junio de 1926 en Los Ángeles, California. No conoció a su padre y su madre fue internada en un hospital psiquiátrico cuando ella era sólo una niña, por lo que pasó su infancia y adolescencia en hogares sustitutos y orfanatos. Se casó de joven y como tantas otras miles de mujeres en el país, se encargó de las tareas de los hombres que viajaron a combatir en Europa y el Pacífico.
Mientras trabajaba en Radioplane Company, una fábrica de aviación, posó para unas fotos institucionales cuya popularidad le permitieron lanzarse como modelo y firmar un contrato con Fox a mediados de la década del cuarenta. Fue entonces cuando el agente Johnny Hyde le recomendó teñirse del icónico rubio platinado, y algunas cirugías plásticas después la transformación se completó: Norma JeanBaker dejó de existir y nació MarilynMonroe.
Su carrera como actriz fue súbita pero meteórica. En pocos años pasó de papeles pequeños a protagónicos pero aunque actuó en algunos dramas, los productores y guionistas la preferían en el rol de la rubia tonta de comedia. Los caballeros las prefieren rubias (“Gentlemen Prefer Blondes”, 1953), Cómo casarse con un millonario (“How to Marry a Millionaire”, 1953) Una Eva y dos Adanes (“Some Like it Hot”, 1959) y La comezón del séptimo año (“The Seven Year Itch”, 1955), en las que interpretó al arquetipo de la bomba sexual poco inteligente fueron sus películas más exitosas y las que definieron su carrera y la establecieron como un ícono de la cultura pop.
Como toda figura de Hollywood, su vida y talento fueron objetos de consumo público y privado. Sus mediáticos y fallidos matrimonios con la leyenda del baseball Joe DiMaggio y el autor Arthur Miller, sus amoríos con los Kennedy, sus pérdidas y abortos y su misteriosa muerte por sobredosis de barbitúricos fueron los temas más recurrentes.
Marilyn con el tiempo se convirtió en un símbolo de los que era la vida para las mujeres en la década del cincuenta, cuando estaban destinadas a ser amas de casa u objetos sexuales. Murió poco antes del nacimiento del movimiento feminista moderno, pero su historia de relaciones abusivas, abuso sexual, objetivización y embarazos no deseados es identificable con la realidad de millones de mujeres más de medio siglo después.
Todas esas heridas le generaron graves problemas emocionales con los que tuvo que lidiar durante los últimos años de su vida. La depresión, su lucha por mantener la figura y su baja autoestima generaban constantes inconvenientes y contratiempos en los sets de filmación: durante la filmación de El príncipe y la corista (“The Prince and the Show Girl”, 1957), su subas y bajas de peso constante obligaron a la vestuarista Beatrice Dawson a crear varias versiones del mismo vestido en diferentes tamaños; y en producciones posteriores eran normales los cambios de humor que la obligaban a abandonar la filmación durante horas.
“Soy una de las personas más inseguras del mundo,” dijo alguna vez. “Realmente me cuesta. Todos están presionando constantemente y quieren un pedazo de mí.”
Sin embargo, poco había de la imagen de mujer que los periódicos y los productores habían creado en Marilyn. Frustrada por las condiciones de sus contratos, a mediados de la década del cincuenta rompió relación con Fox, fundó su propia productora (Marilyn Monroe Productions) y comenzó a estudiar actuación de método. Su evolución profesional le valió un Globo de Oro a mejor actriz por Una Eva y Dos Adanes, estrenada algunos años después, la película que el American Film Institutedefinió como la mejor comedia norteamericana de la historia.
En 2010 se publicó “Marilyn Monroe: Los Archivos Personales”, de Cindy de la Hoz, un libro que recopila una serie de documentos y fotos inéditas que incluyen diarios, tarjetas y poemas que abrió una nueva etapa de estudio y confirmó que se trataba de una persona reflexiva, cálida, talentosa y comprometida con su propio crecimiento personal y profesional — a punto tal que eventualmente se alejó de los agentes y comenzó a encargarse del control de sus finanzas.
Más de 400 libros de temáticas variadas como historia, poesía, política, filosofía, y arte fueron encontrados en su casa después de su muerte incluyendo Ulises, de James Royce el libro que está leyendo en una de las fotos más conocidas del fotógrafo Eve Arnold de 1955.
La figura y el legado de Marilyn Monroe muta y se deconstruye para adaptarse a las necesidades de cada generación. Su transformación de la nada a una de las actrices más populares de Hollywood es casi el sueño americano en sí mismo, pero hoy su vida puede analizarse a partir del fenómeno de los medios, las redes sociales y la cultura del consumo, conectando su propia experiencia con la otras figuras que son creadas y destruidas por el mismo entorno.
A 95 años de su nacimiento, algunas personas se alegran de no tener que ver a Marilyn Monroe envejecer y perder su condición eterna de bomba sexual e ícono de una época. Quizá el mundo en el que vivió no le dio la oportunidad de ser algo más.