Eternals sin spoilers: de qué va la nueva película de Marvel Studios
El 4 de noviembre, el Universo Cinematográfico de Marvel va a dar paso a Eternals, la película dirigida por la ganadora del Oscar Chloé Zhao y que va a ampliar los límites del MCU todavía más.
Después de Avengers: Endgame y de esa pelea final de todos los superhéroes contra el ejército de Thanos, muchos jubilaron al Universo Cinematográfico de Marvel (MCU, por sus siglas en inglés), alegando que la montaña rusa ya había subido hasta el tope y no le quedaba más que bajar.
Por si WandaVision, Falcon y el Soldado de Invierno, Loki y Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos (y a Venom: Carnage Liberado, con esa escena poscréditos, podríamos agregarla a la lista, ¿no?) habían dejado alguna duda, Eternals llega a los cines el 4 de noviembre para confirmar que el MCU todavía tiene mucho para contar y, por suerte, todo esto recién empieza.
Y la película no sólo viene a ensanchar más las fronteras de este vastísimo universo inspirado en décadas de historias en viñetas, sino que viene a pegar una sacudida en la forma de hacer películas de Marvel Studios. Vamos por partes.
Su historia en los cómics
"Probablemente, el run más popular fue el de Neil Gaiman, y creo que las expectativas para con esta película están puestas en que se seguirá su historia, pero la verdad es que nos inspiramos en las cosas de (Jack) Kirby, tanto mitológicamente como en cómo se presenta la película", le reveló Nate Moore, productor de Eternals, a ScreenRant.
La declaración, por más orientativa que sea a la hora de recomendar cierto material para leer previo a la película, no es ninguna novedad. Y es que tanto Kirby como Gaiman delinearon las mejores historias de los Eternos, dándole un toque distintivo al universo comiquero de Marvel.
El que dio el puntapié fue el estadounidense, quien es conocido por los amantes del medio como "King" Kirby, y fue todo un fracaso en lo comercial. Si bien el dibujante escribió una historia innovadora que trataba sobre creacionismo a través de un paralelismo con la mitología griega (de Ícaro surge Ikaris; de Mercurio, Makkari; de Cirse, Sersi; y Thena de Atenea), su arte de la Golden Age se estaba volviendo, para varios, anticuado en comparación a sus pares como Jim Starlin.
Después de ser cancelada en el número 19, casi diez años después se le volvió a dar vida con Sal Buscema a cargo y, posteriormente, con Roy y Dann Thomas en Eternals: El Factor Herodes, pero con un éxito muy por debajo del que tuvo, varios lustros más tarde, los siete números escritos por Neil Gaiman y dibujados por un John Romita Jr. no en su esplendor.
Gaiman, que ya había alcanzado la gloria eterna (cuak) con The Sandman, respetó lo hecho por Jack Kirby -que, para ese momento, se había vuelto una obra legendaria en retrospectiva-, pero hace partir a los Eternos desde premisas bien distintas y originales. Primero, se encuentran desperdigados por el mundo, sin recordar que son deidades y viviendo vidas humanas comunes y corrientes. El primer caso del cómic de Gaiman es Makkari, que vive la vida de estudiante de medicina bajo el nombre de Mark Curry (símil fonético), y que resalta el concepto que imprime en su novela American Gods, donde dioses como Anubis, Odín y Loki vieron mermados sus poderes debido a la falta de personas que creyeran en ellos y a la preferencia por las nuevas figuras divinas: la plata, Internet.
Y, por supuesto, el británico le dio a los Eternos un anclaje al universo de Marvel con la presencia de Vengadores como Iron Man y Yellow Jacket y a tópicos como el Acta de Registro Superhumano de la Civil War de Mark Millar.
El problema que se le presentó a Gaiman no fue sólo el de mantener la vara de la obra de Jack Kirby, sino que la introducción del lore eterno pueda calzar bien dentro del universo comiquero de la Casa de las Ideas. Ahí es que se presentaron los Celestiales, las entidades de 30 metros de altura que vimos por primera vez en Guardianes de la Galaxia Vol.2 y que conocemos mejor en el film de Chloé Zhao, la más reciente ganadora del Oscar a "Mejor Película" y "Mejor Director".
El escritor británico sobrellevó todos los obstáculos que se le presentaron al ponerle la firma a estos personajes tan propios de Kirby con un único pedido de quien era el editor en jefe de Marvel por ese entonces, Joe Quesada: "La única instrucción de Joe fue: 'Al final de esto me gustaría que los Eternos se distingan como algo. Para que tengamos superhéroes, mutantes… y Eternos'. Eso, espero, es lo que pude darle". Cinematográficamente y sacando de la ecuación a los mutantes, ese fue el mismo desafío de Zhao.
Pequeña sinopsis
"Al principio...". Esas son las primeras palabras que se leen al inicio de la película para mostrarnos la llegada de los Eternos, un grupo de diez seres muy poderosos nacidos de la voluntad de un Celestial llamado Arishem, a la Tierra hace miles de años con una clara misión: defender a las personas de unos seres que buscan terminar con toda forma de vida en la tierra y que son enemigos de los Celestiales, los Deviantes.
Así, los Eternos pasan siglos y siglos relacionándose con las antiguas comunidades humanas y sólo interviniendo cuando los Deviantes amenazan la vida de los mortales. ¿Y eso qué significa? Que, por más que quieran, no pueden ayudarlos a avanzar social, comunitaria y tecnológicamente ni evitar muertes, genocidios o guerras.
Eso, por supuesto, es uno de los motivos por los cuales los Eternos llegan a un quiebre y se reparten a lo largo del mundo a vivir sus vidas como si fueran seres humanos cualquiera (guiño a los Eternos de Gaiman). Ya en el presente (mejor dicho, en el presente marvelita, o sea, 2023, post blip), un Deviante hace su aparición en Londres, donde viven Sprite y Sersi, y algo las lleva a volver a reunir al equipo. Y acá frenamos, porque a partir de acá es todo spoiler.
Lo menos Marvel que hizo Marvel
Se leyó y escuchó tantas veces desde que salió el primer trailer y hasta que se dieron a conocer las primeras reviews de la película que ya parece una frase trillada, pero no por eso deja de ser cierta: Eternals es lo menos Marvel que hizo Marvel.
El hecho de que la directora haya pedido expresamente -para vos, Scorsese- filmar la mayor cantidad de escenas posibles en exteriores y no sobreexplotar el recurso de la pantalla verde, le regala al espectador unos planos y un apartado visual que nunca se había visto en el Universo Cinematográfico de Marvel. Eso sí: la decisión de que los Deviantes aparezcan en lugares oscuros o cuando es de noche para maquillar las falencias del CGI es un truco que ya conocemos *insertar meme de Venom flashbacks*.
Por lo que respecta a la historia, en ella se nos narra una historia familiar, pero sobre todo de amor, desarrollada en subtramas y macrotemas como la teología, actualidad y filosofía y a través del vínculo entre Sersi e Ikaris (una Gemma Chan excepcional y un Richard Madden sobrado), y el amor de ella por el prójimo y su compostura inquebrantable; pero también con el sufrimiento de Thena, interpretada por una Angelina Jolie que escenifica los dramas internos y mentales de una guerrera indomable, con la generosidad de Gilgamesh (Don Lee), la determinación de Druig (Barry Keoghan), la vida tormentosa de Sprite (Lia McHugh) por tener el cuerpo de una sempiterna adolescente, con la figura de Makkari (Lauren Ridloff) y la de Phastos (Brian Tyree Henry) y hasta los secretos de Ajak (Salma Hayek).
Esos planteos teológicos, filosóficos y humanos que se hace la película al tratarse de, obviamente, dioses, quedan levemente opacados por la pátina superheróica y humorística (a esta altura el humor marvelita podría ser considerado un subgénero en sí mismo) que no puede faltar en el MCU y que, al menos en la mayoría de las veces, la lleva a cuestas KumailNanjani, que se roba la película en el papel de Kingo desde que aparece como una superstar de Bollywood hasta que retoma su rol de Eterno a full. El que queda más desaprovechado es el Dane Whitman de Kit Harington, el único que no puede exprimir todo su potencial y que ve en Eternals un camino de transición hacia el papel de Black Knight.
Además, entre saltos temporales que no cansan y que hacen que la densidad de información que trae consigo la película esté bien repartida, hay espacio para buenos plot twists y peleas que son realmente cancheras gracias a lo bien que están los poderes de cada uno de los Eternos: Ikaris lanza rayos por los ojos y vuela, Thena puede crear espadas y armas de mano cuando quiere, Gilgamesh pega unas piñas que dan miedo, Kingo lanza bolas de energía usando sus dedos como pistola y Makkari, con su velocidad, te hace siete combos antes de que toques el suelo. Por lejos, los mejores son estos dos últimos, aunque Phastos también tiene una escena bastante badass. Eso sí #2: los deus ex machina están a la orden del día.
Si bien hubiera sido interesante que la firma artística de Zhao se sobrepusiera todavía más al enfoque pop que incita Marvel Studios y que obliga a sus películas y series a ser parte de un puzzle cada vez más grande, Eternals tiene una puesta en escena que le hace una reverencia al gigantismo cósmico de la Casa de las Ideas y a las viñetas de Kirby y que le da buena acción al espectador. De yapa, pone sobre la mesa su propia teogonía del superhéroe, la cual deja las puertas abiertas para un desarrollo todavía mejor de estos nuevos personajes en otros títulos sellados con el logo de Marvel.